“24 años que respaldan un intenso vivenciar “macareno”…”

17 abril 2012
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Macarena Ruiz Peñalosa dedicado a su tío, Antonio Peñalosa Benítez, en su 49 cumpleaños, antiguo costalero de Nuestra Señora.

 

Niñez con olor a incienso y azahar…Noción del tiempo perdida porque en casa de su abuelo, el “Titi”, siempre ponía marchas cofrades, hasta en agosto… Era ir de la mano de su abuelo y decirle “reina, vamos a entrar a ver a la  Virgen”, parada obligatoria…detalle, que hoy por hoy, al pasar, no puede evitar pasar… Infancia cargada de Domingos de Ramo en familia, estrenando zapatitos (¡qué menos!)…Saliendo desde temprano de iglesia en iglesia mientras “ellos” le contaban sus historias… “pasajes cofrades, candelería, dorados, imagineros…” Era una de las semanas más intensas del año, día a día, en la calle, disfrutando de la Semana Santa Sevillana…
Pero… llegado el Jueves Santo, algo empezaba a cambiar…cayendo la tarde, después de descansar, “ellos” se disponían a prepararse…”Uno”, preparaba su fajín, su costal y su “morcilla”… “Otro” lucía túnica de merino, antigua, de esas que hoy son una reliquia… Y se iban…Mientras, esta niña ansiaba ese amanecer de Viernes Santo, para salir en busca… Otros años, era en la esquina de Feria y Resolana, cuando esperaba impaciente…Pasaban y pasaban nazarenos… Y justo, delante del Cristo, ahí estaba él…cargadito de caramelos y de fe, como él siempre quería a su “Sentencia”… Con su inconfundible túnica y sus hebillitas… ¡abuelo, abuelo!
Y más tarde…la veía girar, a Ella, al son de “campanilleros”…Ese era su momento de gloria…y justo ahí, se paraba, había un relevo, y corría a esa “pata izquierda” a llamarlo… ¡titi! Y se volvía a casa a dormir feliz…Para al día siguiente madrugar y seguir soñando…
Los años pasaban, y el costal se cambió por esa túnica de merino…Otra forma de vivirlo había empezado a surgir… Su abuelo, aunque cansado y viejito, se pasaba la madrugá frente a la tele, viendo a “su Señor y su Virgen” por las calles de Sevilla… y esta niña, su “reina”, le pedía que a media noche la despertarse cuando pasase su “Hermandad” por Campana…Lágrimas que recorrían las mejillas de su abuelo…y que, curiosamente, también corrían por las suyas…
Era un sueño, hacer su estación de penitencia con su hermandad, sentir el “arrope” de todos los hermanos… Ese momento que tantas veces le decía su Titi “Maca, eso es pa’ vivirlo”…Y ese sueño se cumplió, un 6 de abril, el día del cumple de mamá…
¡Gracias mi angelito de la guarda, porque sé que ha sido tu especial regalo de cumpleaños!
Y yo no sé qué siente un “Macareno”…yo sé que la quiero, que la siento y que me cuida…que si dicen que madre no hay más que una, yo tengo dos, en el cielo, llamadas iguales, “Macarena”, y que en la madrugá del Viernes Santo las veo fundirse en una… Me faltan palabras y me rebasan las emociones, las lágrimas…Ilusión, incertidumbre, nervios… Con un cirio en mano…que pesaba, pesaba el llevar toda una noche el corazón en la mano, en soledad y en compañía, rodeada pero a la vez ensimismada… Para acabar en tu casa, en mi casa, en “nuestra Basílica”…Sintiéndome derrotada, pero a la vez nueva, purificada y llena, llena de Esperanza…Sintiendo a los que ya no están en cuerpo presente… deseando descansar, pero a la vez, no queriendo terminar esa maravillosa experiencia…Para ponerle broche a todo con una mirada, un abrazo y más lágrimas con el que siento mi PADRE… ¡Gracias por acompañarme en este sentir,Titi!


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