VIVENCIAS DE UNA MACARENA (I)

14 mayo 2012
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Todo comenzó la noche del 16 de Diciembre de 2011, a las 12 de la noche junto a la reja de nuestra Basílica, en mi primer turno de vela junto a Nuestra Señora. Jamás imaginé que llegara el momento de estar ahí, pero ocurrió.

En la espera, junto a mi sobrino Pablo, con sangre macarena también, hablábamos de cómo nos la encontraríamos, qué haríamos dentro, pero cuando entramos por la puerta de la casa de Hermandad pasamos, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Ahí estaba ELLA, a nuestros pies, con una luz tenue que la hacía más grandiosa.

Esa noche, iba por un millón de cosas, por mi madre, por mi abuela, por acercarme más a ELLA y digo ésto, porque siempre he estado más cerca de Nuestro Señor de la Sentencia,  pero aquella noche lo cambió todo. Todas las cosas por las que iba se me derrumbaron, todo lo que quería contarle no pude,,, sólo pude escucharla a ELLA, si si, escucharla,,, me dijo tantas cosas, que cuando pasé por delante de ELLA en el besamanos al finalizar aquella bendita vigilia sólo pude decirle “GRACIAS MADRE”.

Entré siendo una persona, y salí siendo otra.

Días más tarde, buscando páginas relacionadas con nuestra hermandad en las redes sociales, encontré el grupo de la Hermandad de La Esperanza Macarena, y pedí unirme a él. Quería compartir con más hermanos mis sentimientos, mis vivencias. Allí comencé a conocer a más hermanos, y el veintitrés  de febrero, ¿te acuerdas Silvia?, empezamos a mantener contacto. Las dos éramos nuevas en el grupo pero con tantas cosas en común,,, y una principal ELLOS. Al día siguiente, nos conoceríamos en persona en el VIA CRUCIS de Nuestro Señor de la Sentencia.

Ese fue, otros de los momentos, que no voy a olvidar en mi vida, iba a acompañarlo de cerca, pues sabía que en la Estación de Penitencia, sólo lo vería cuando yo saliese y cuando ya lo estuviera esperando en el atrio. Esa tarde, mientras trabajaba, sólo hacía mirar el reloj y empujar las horas para poder llegar a la basílica, en mi mente sólo estaba EL, era mi momento junto a ÉL y junto a mi hermana Silvia, que gracias a nuestro amor por ELLOS pudimos encontrarnos.

Y llegó el 5 de marzo, he querido poner esta fecha también, pués conocí a otra gran hermana, ¿recuerdas Raquel?, vaya lata que te dí, era mi primer año y el décimo tuyo en salir. Sólo puedo darte las gracias un millón de veces, cuántas dudas me resolviste, cuántas inquietudes me quitaste, cúantas charlas de nuestras vidas, nuestras vivencias,,,.

Al día siguiente, tuve el atrevimiento, de ponerme en contacto con Antonio García, y digo el atrevimiento, pues cómo una persona tan importante de la hermandad iba a tener tiempo de responderme algunas dudas. Me equivoqué, Jamás pensé que me aceptaría como una hermana más, como una más de esta gran familia macarena. Tengo tanto que agradecerte, por cosas confesables e inconfesables. Por ese abrazo que nunca nos dimos en aquella bendita noche, y que un sólo gesto lo dijo todo. Gracias, gracias y gracias.

Pero llegó una gran noche, la del 24 de marzo. ELLA bajaba a nosotros, la tendría, la tendríamos con nosotros, y digo nosotros, porque allí estábamos Silvia, Macarena, Pablo y yo. Impacientes, porque llegaba el momento de verla SIN CORONA, de verla frente a frente como pocos o muchos han tenido ese privilegio. Cuando pasamos a la habitación, donde le rezaba la Junta de Gobierno, se me paró la respiración y el corazón. ¡¡¡Cuántos sentimientos por Dios!!! ¡¡¡Qué de escalofríos recorrían mi cuerpo!!! ¡¡¡Qué ganas de poderla abrazar!!!Qué felicidad!!! Esa noche no pude dormir. Su imagen la tenía grabada en mi retina. Quién no entienda esto es que aún no sabe AMARLA.

Se iban acercando los días para mi primera Estación de Penitencia y los nervios los tenía a flor de piel y más aún, cuando mi hermana Macarena, me propuso que nos vistiéramos juntas en su casa para ir a la Basílica. Pero, si no me conocía de nada. Y ahora nos conocemos tanto, nos parecemos en tanto.

NHDª Cristina Paradas Alfonso


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