Cuidármelos

28 septiembre 2012
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Por motivo de trabajo mi hijo y su familia se marchan a México. Todos sabemos que eso no está a la vuelta de la esquina, ni en tiempo ni en euros.  Y nosotros su familia estamos  temiendo esa partida que será en breve, ya que nos quedamos dos años sin nuestros hijos, nietos, hermano y sobrinos. Esto para una familia que vive muy unida va hacer muy duro, tanto para unos como para otros. Nosotros nos quedamos en familia y con gentes que conocemos de toda la vida, ellos sin familia cercana y sin gentes que conozca, nosotros lo llevamos mal y ellos intentan disimular para tranquilizarnos y darnos ánimos.

Pero veréis. Donde yo quiero llegar es que mi hijo es hermano de la hermandad desde que nació, sale de nazareno desde la edad de cinco años y siempre ha salido conmigo ya que nos llevamos pocos números. Él ha sido mi vara de apoyo al igual que yo para é. Hemos hecho nuestra estación de penitencia, hemos disfrutado, si disfrutado por qué no decirlo, en la estación cuando escuchamos, los piropos, los comentarios, los halagos hacia la hermandad.
Hemos disfrutado cuando llegamos al barrio y vemos a nuestros niños y mayores con lagrimas en los ojos porque le devolvíamos a sus imágenes que se la cogimos emprestadas por unas horas para pasearlas por Sevilla y que disfrutaran propios y extraños a la que ellos vigilan con sus rabillos del ojo todo el año, cómo piropean a nuestra madre “la Macarena”, como a su hijo le consuela cuando escucha su sentencia. Toda esa vivencia cuando he ido con mi hijo. Ahora, durante un tiempo, yo caminaré solo.  Pero eso sí. Físicamente no lo tendré a mi lado pero en el corazón lo llevare cada “madrugá” que él falte. Al igual que a mi nuera y mis dos nietos, que también son hermanos, con túnica y sin túnica.
Por no hablar de sus madres, pero la que sea madre o no, y esté muy unida a la familia, sabrán lo que esto supone para ellas, que en sus oraciones los tendrán siempre presente.
Sabemos que esto será bueno para ellos y que muchas familias se separan por este motivo pero que cada uno ponga la mano en su pecho y después tan lejos. Les rezamos a nuestros titulares para que la vuelta sea más rápida que la ida.

Amén

NHD Antonio Jiménez Lora


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