A mi padre, con motivo de su retirada…

9 febrero 2013
DisminuirAumentar


Nunca fui capaz de imaginarme cómo sería la noche de hoy. Nunca fui ni tan siquiera capaz de pensar que este día, tarde o temprano, tendría que llegar. Quizás por miedo a lo novedoso: ¿cómo será a partir de ahora la noche de cada viernes de Cuaresma?

Si algo he aprendido en mi vida es, como bien me has enseñado tú, que el principio y el fin del macareno no es sino la túnica. Por este motivo, llegué a entender que, pese al dolor que sentí cuando me dijiste lo que tenías ya hablado con el Señor, debía rehuir de ese sentimiento. A pesar de que aún no lo haya conseguido, me has enseñado que Ellos están por encima de todo, y que serán los únicos que perduren por los siglos de los siglos…

Así que no he venido hoy más que a mostrarte mi alegría por todos aquellos inolvidables recuerdos que mantendremos por siempre en nuestras retinas. Inolvidable será haber crecido de tu mano, educándome en la fe cristiana y en la devoción a nuestros Sagrados Titulares. Inolvidable será también haberte acompañado a todos los ensayos, “igualás”, “mudás”, convivencias, desde que tengo uso de razón. Igualmente lo será el camino de casa a la Basílica, tras despedirnos de mamá y Laura, antes de realizar la Estación de Penitencia, andado, para ir “relajando los nervios” por el camino. Marcados quedarán por siempre en mi corazón los besos y abrazos que nos dábamos en cada relevo: -¿Cómo vas?, -¿Va dando mucho este año?, -Disfruta que se está acabando esto ya… Así como tantos y tantos otros que prefiero que se queden para ti y para mí…

Hoy te vas con el orgullo de haber paseado al Señor desde el año 1979, con la satisfacción del trabajo bien hecho, y con la ilusión de seguir sirviendo a la Hermandad en lo que ésta necesite. Yo seguiré aprendiendo de la humildad y honradez con la que te retiras, sabedor de la dura decisión que un día tomaste. De aquí en adelante, ambos le pondremos respuesta a la pregunta que me hacía al principio.

“Al” Vega le toca ahora, desde otra perspectiva, seguir disfrutando de este mundo de la trabajadera: con su gente, con su cuadrilla, con los que le enseñaron y con los que aprendieron de él. Enhorabuena por toda una vida…

¡Ahí queó! ¡Abajo con Él! Se retira una vieja gloria del Señor de la Sentencia…

NHD David Vega Vázquez


Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies