Las cuentas de su Rosario

19 octubre 2014
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En este trocito de tierra tan bendecido por la Virgen, Sevilla, a la que con locura queremos con tantos hermosos nombres que son las huellas de una Esperanza que no defrauda”, como nos dice San Pablo, cómo no invocar con nuestra Hermandad de la Macarena a la Reina de los Cielos y Tierra como Reina del Santo Rosario en este mes de Octubre dedicado por la Iglesia a tan hermosa oración, esa bendita cadena de amores que nos une a Dios y a los que nos rodean.

Recuerdo mis años de monaguillo, cuando media hora antes del comienzo de la Santa Misa, rezábamos a diario la plegaria que le inspiró la Virgen a Santo Domingo. Me decía mi cura que a la Virgen le derretía, como Madre y como mujer, que le lanzásemos piropos. Me decía: al decir cada Ave María con ilusión, lo hacemos distinto. Y eso le encanta y eso da mucho fruto”. ¡Y lo cambia todo, porque la fe mueve montañas!

Hoy, quizás más que nunca, necesitamos la Revolución del Rosario para seguir proponiendo la alegría del Evangelio en nuestra sociedad. Volvamos a la verdad grande y hermosa de esta oración que nos enseñaron nuestros mayores. Oración de los momentos duros en los que necesitamos serenidad y reposo, suspiro de alivio en las horas cansadas, en las penas y las alegrías, venero auténtico donde la Virgen nos escancia el mosto de una nueva cosecha para su Iglesia, el mejor sueño del fruto bendito de su vientre. Rezar el Rosario es ver la vida con los ojos de María –¡con su sí, con su fe, con su confianza!– y es ponernos al servicio de un mundo que nos necesita y decirle cien veces al Señor: “Hágase en mí lo que tú quieres”. ¡Una vez tras otra!

Ojalá nos atrevamos, en respuesta por tantos detalles, a lanzarle ese piropo con la oración de cada jornada, decirle mil veces que gracias, prometerle que mañana vamos a estar con Ella un ratito más que hoy, visitarla con frecuencia empapándonos de su ejemplo, sentirnos apretujarnos en sus brazos, estrujados en su cariño inmenso, pedirle, rezarle como en aquella Jornada Mundial de la Juventud, donde muchos jóvenes lo llevábamos con orgullo, sin cortes ni vergüenzas, como formando una cadena de ilusiones de la gente de hoy en torno a la Virgen. ¿Lo recordáis muchos de vosotros?

Se le dicho mil veces a los jóvenes: cuando los enamorados, tontitos y embelesados, dejen de mandarse 50 mensajitos de “WhatsApp” diciéndose “te quiero mucho” (¡o “tqm” según ellos!), así nos aburriremos los católicos con los 50 avemarías a nuestra Madre, María Santísima, en medio de la vida diaria. 50 motivos para darle gracias. 50 compromisos para dar la cara y no rendirnos. 50 palabras, aunque sean de la que se escuchan en el silencio o esos 50 porqués que esperabas. Haz la prueba y llévalo siempre en el bolsillo para traerlo de vez en cuando a la mano, no solo de adorno al cuello, ponlo en la radio del coche (¡Radio María, en el 96.2 FM, lo hace estupendamente!), camino de la facultad o del trabajo, en las faenas de la casa o a la vuelta de un café. Rezos a pie de calle, de bolsillo, de paseos, de viaje, de agobios, de relax, de petición urgente, de milagro… que son resumen de nuestra fe y piropos sin fin de cariño. ¡Lleva siempre un Rosario en tu mano y verás cómo te das cuenta que en cada cuenta, nunca mejor dicho, la Virgen te demuestra lo mucho que te quiere!

Antonio ROMERO PADILLA, Titular de la Parroquia de San Martín de la localidad sevillana de Carrión de los Céspedes.


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