Melchor, Gaspar y Baltasar adoraron a la Madre
Ya de madrugada, se oyeron ruidos extraños por las murallas. Era una noche fría, y, antes de entrar por el arco Gaspar dijo: ¿Quién vive aquí? Debe ser una gran reina. Baltasar después de bajar del camello exclamó: debe ser la Madre de Dios porque hay campanas y todo es de mi color: verde.
Entraron. Al pasar por el arco, encontraron a un viejecillo andando con trabajo: Por favor señor: ¿vive aquí alguien de renombre?
-Siii!!, es la Madre de Dios, la Macarena, no hay otra “iguá” .Todos los años nos visita a “toa” Sevilla el Viernes Santo de” madrugá””, y todos podemos visitarla todos los días… Es nuestra esperanza. Ella ayuda a toda la gente, nos da su esperanza y hasta tiene un hospital para cuidarnos a todos.
Ellos, asombrados, se disponían rápidamente a entrar, pero el anciano les dijo que habían pasado muchos años, que el Niño nació pero ya tenía treinta y tres años, y ya lo habían “Sentenciao”. Les dijo que su Madre de la Esperanza estaba desconsolada, y lloraba y lloraba, y nosotros, aquí, en el barrio la mimamos, le regalamos oro y piedras preciosas, y ella nos sonríe entre su llanto porque sabe lo que la queremos. Dicen que cuando la visten ella está guapa y morena y que cuando bajas del camarín es como si bajaras del cielo. Y como es la Señora de Sevilla y es la mejor intercesora del mundo ante DIOS, su Hijo. El de la sentencia, es el Señor, al que confiamos nuestras vidas y él nos da la Esperanza.
Así que si ustedes vienen a conocerla y regarlarle, aquí hay de tó: hay oro, porque con nosotros no le falta, hay incienso, que no nos puede faltar, y no nos hace falta la mirra, porque el Señor de la Sentencia resucita. Si la vierais entrá en La Campana volveríais todos los años, va Ella tan contenta! Y tan radiante que toa Sevilla la acompaña. Si Señores, podéis pasar y si ahora queréis ver a un niño Jesús pequeñito también lo tenemos, está en los brazos de su Madre del Rosario y duerme, pero no hagan ruido no se vaya a despertar.
Y ahora entren, vean a la Madre de Dios que bajó del cielo a Sevilla y a pesar de ser la Madre del Señor de la Sentencia, solo tiene veinticinco años. Melchor, Gaspar y Baltasar entraron y adoraron a la madre más bonita y guapa de Sevilla.
NHDª María Jesús Villalba Corzo
navidad 2013