Reflexiones sobre la Esperanza

21 diciembre 2014
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Es todo un acierto por parte de la Iglesia conmemorar la advocación de Ntra. Señora de la Esperanza en el corazón del tiempo de Adviento. Es el tiempo litúrgico de espera por excelencia, donde la Iglesia se prepara para la venida del Salvador y durante cuatro semanas nuestro corazón a través de la liturgia se va configurando para acoger el misterio de la Encarnación.

Para nosotros, como macarenos, la Esperanza es una interpelación a salir a nuestros ambientes, a proclamar que Dios está por encima de todo mal o dificultad, que por intercesión de la Santísima Virgen, todo desánimo tiene esperanza porque Jesucristo así nos lo asegura, “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, porque el que busca halla y el que llama se le abre” Mt 7,7.

El Papa Benedicto XVI pidió a los cristianos “ser testigos de Esperanza para la humanidad” y ante tanta necesidad, tanto dolor, tanto desánimo, en la oración y en la acción nuestra Hermandad se convierte en esperanza tangible para tantos hermanos necesitados: en la oración pública durante triduos de vela ante la Stma. Virgen, en la oración callada y silente ante nuestros sagrados titulares, en la asistencia social, apuntalando las necesidades básicas de tantas familias, en el acompañamiento durante las adversidades vitales: enfermedades, senectud… Nuestra Madre está ciertamente muy orgullosa de las centurias macarenas (porque literalmente somos cientos y cientos) que calladamente hacen el bien, que quieren vivir con plenitud su vida cristiana y ser Esperanza en un mundo tan necesitado de ella. A Ella se lo debemos y a Ella se lo ofrecemos.

NHD Óscar Navarro Hidalgo


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