Aula de la Experiencia: El Ajuar de la Virgen

29 enero 2015
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En palabras del Consiliario de Asistencia Social, D. José Antonio Fernández Cabrero: “Los años nos enseñan lo que los días no sabrán nunca”. El objetivo fundamental del Aula de la Experiencia Macarena es que nuestros Hermanos no pierdan el deseo, ni la ilusión, ni la Esperanza. Bajo estas premisas se organizan –desde el Programa Veteranos Macarenos– las diferentes conferencias y charlas-coloquio para los más mayores de nuestra Hermandad.

En esta ocasión,  miércoles 28 de enero, fueron dos los ponentes: NªHªDª María Isabel Gil-Delgado Queralt y NHD José Antonio Garduño Navas: Camarera y Vestidor de Honor de la Santísima Virgen de la Esperanza, respectivamente. ¿Quién es ella? “Esencialmente una dama, la prioridad de la voluntad, una mujer con la fortaleza como virtud fundamental, una voluntad creadora”. ¿Y quién es él? “La unidad de un estilo artístico, su prenda es la sensibilidad; para Pepe no existe la belleza natural y, donde no la hay, la crea. ¿Eso es sólo arte, vocación, oficio, sentimiento?”.

Doña María Isabel inició la conferencia, no sin antes advertir que los nervios y emoción la invadían por dentro, explicando que “tuve la suerte de ser nombrada Camarera por ser la mujer del Hermano Mayor… ¡y yo no tenía ni idea!”. Así, hizo un breve recorrido por los enseres que componen el Ajuar, aclarando que “todo lo que tiene la Virgen son donaciones de Hermanos y devotos”, destacando los tres mantos de salida y seis de camarín que posee Nuestra Señora.

A continuación, no dudó en contar –a los allí presentes– su experiencia una mañana de Viernes Santo con los Reyes de Bélgica, Balduino y Fabiola: “ellos venían de rezar del Convento de Santa Ángela, de modo que llegaron tarde y ya había entrado el Señor. Balduino insistió en rezar ante Él, y quedó muy impresionado de ver la gran cantidad de hermanos que allí había –todos hombres, aclara–. Seguidamente, subimos al balcón de la Casa Hermandad y, cuando llegó la Virgen, Balduino se arrodilló y comenzó a rezar en voz alta (…) Una vez que ya entró la cofradía, José Luis los recibió y comenzaron a rezar juntos por las intenciones de la Hermandad”.

Esta anécdota hizo que el otro ponente, Don José Garduño, recordara la ocasión en que la Reina de España Doña Sofía dijo: “¡es la Virgen mejor vestida del mundo!”. Por este motivo “le remití tres fotografías de la Virgen en 30×40 y una carta en agradecimiento, que me contestó y envió una foto de la familia que tengo enmarcada”.

Rápidamente, cuestionaron a Pepe acerca de lo que sintió la primera vez que vistió a la Stma. Virgen, a lo que respondió: “fue de Hebrea y me temblaban las piernas, como todos estos años en los que siempre he tenido que tranquilizarme antes de empezar”. Igualmente, hablaba así del final de su etapa como vestidor: “cuando tomé la decisión de no vestir más a la Virgen, me he pasado muchas noches llorando en casa (…) Hace ya dos años que le venía dando vueltas al asunto, y me gustaría que la Virgen me diera salud para llegar al L Aniversario de la Coronación, porque la vestí en la Coronación, en la imposición de la Medalla de la Ciudad, en el XXV Aniversario de la Coronación, en el CD Aniversario de la Fundación de la Hermandad, en la Beatificación de Madre María de la Purísima”.

Emotivo fue el recuerdo que la Camarera de Honor mantiene vivo de su intimidad con la Virgen de la Esperanza: “para comenzar a vestir a la Virgen, vienen las Hermanas de la Cruz, le ponen la camisa y la enagua, le cepillan el pelo y, con horquillas de plata y oro terminan de peinarla. Antes lo veían las Camareras y las Hermanas, pero ahora ya sólo las Hermanas de la Cruz…por cierto, ¡al principio sólo venía una, y ahora tres o cuatro!”. Así como el improvisado aplauso que surgió entre los asistentes en agradecimiento por la creación de tantas cosas para la Hermandad: Coral Polifónica, Costurero de la Santísima Virgen, cursos de Formación; lo que acogió con la humildad que la caracteriza.

Y la emoción se desbordó cuando Pepe compartió la historia que envuelve el nacimiento de una de sus hijas: “siendo el día 14 de diciembre, yo tenía que vestir a la Virgen y mi mujer, que venía siempre conmigo, le pidió que si nacía bien le pondría Macarena, y no Leonor, porque traía dos vueltas de cordón umbilical (…) el 18 de diciembre –día de la Virgen– nació perfectamente”. O cuando Doña María Isabel hablaba así del día que más guapa recuerda a la Virgen: “yo lo tengo claro: el día siguiente al fallecimiento de José Luis, estaba la Virgen especialmente guapa; para mí, ese día sin ninguna duda”.

Fotografías: NHD Fernando García Arcos


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