El paso de la Virgen de la Esperanza
Los varales responden a un proyecto, iniciado en 1930 por el orfebre Cayetano González Gómez y concluido seis años después por sus discípulos Emilio Landa, Francisco Bautista y Juan Fernández. Son balaustras de base cuadrada, que recuerdan en su perfil los que acotan la silla arzobispal del coro catedralicio de Toledo. En la peana, guarnecidos por capillas hornacinas, figuran los Evangelistas y el Apostolado.
Este mismo equipo labró entre 1936 y 1941, los candelabros de cola, las jarras entrevarales y delanteras, la peana de la Virgen, el bocelón y las maniguetas del palio.
La candelería del paso de palio que ilumina a la Virgen, consta de 90 piezas escalonadas en ocho tandas y distribuidas de forma zig-zagueante para que no se vele desde ningún ángulo la visión del rostro de la Virgen. Las “marías” o piezas mayores tienen una altura de 95 cms y pesan 6 kgs. cada una, mientras que los candeleros que en la última tanda recogen las velas rizadas miden 30 cms y pesan 600 gramos. Todas las piezas son de base triangular y ástil airoso. Cada candelero lleva grabado el nombre del donante, dado que el conjunto se realizó mediante suscripción popular. El 31 de enero de 1955 estaba terminada y se bendijo el 13 de marzo siguiente. Obra de Manuel Seco Velasco.
El llamador lleva la imagen de San Miguel Arcángel hiriendo al dragón.
El palio bordado sobre terciopelo granate. Las bambalinas con malla de oro calada para dar transparencia al interior y perfiladas sus puntas con flecos de bellotas. En cuanto al techo, bordado con sedas de colores: las Virtudes Teologales en el centro y los Evangelistas en las esquinas.
Fuente: Guía de la Macarena. Ediciones Guadalquivir, S.L.
