Bienvenida a los peregrinos del Rector de la Basílica

21 diciembre 2015
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A todos los fieles que llegan en peregrinación a la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena, Templo Jubilar en el Año de la Misericordia, ya sea individualmente o en grupo.

Queridos hermanos, en primer lugar sed bienvenidos a este Templo Jubilar y recibid nuestro deseo de que os sintáis acogidos por la Madre de la Esperanza, que es también Madre de la Misericordia. Habéis llegado a un Templo designado sede para obtener las indulgencias y gracias espirituales que la Iglesia ofrece a los cristianos que peregrinan hasta el mismo durante el Año de la Misericordia.

En segundo lugar, me permito recordaros las prescripciones establecidas por la Iglesia para obtener dichas indulgencias, las cuales pueden aplicarse en remisión de los propios pecados o en favor de los fieles difuntos, al amparo de la doctrina de la comunión de los santos; dichas prescripciones son: realizar un breve recorrido que nos lleve, peregrinando simbólicamente, hasta el Templo Jubilar; confesar sacramental los pecados dentro de los ocho días anteriores o posteriores a la peregrinación; recibir la Sagrada Comunión en el transcurso de la Eucaristía celebrada en dicho Templo; y rezar por las intenciones del Papa.

En este sentido, el sacramento de la Reconciliación o Penitencia adquiere un sentido renovador y curativo en el contexto de su celebración durante, o al final, de la peregrinación, pues en dicho sacramento se experimenta con gran nitidez la misericordia y el amor de Dios Padre que, por la mediación salvadora de su Hijo Jesucristo y actuando a través del sacerdote confesor, sale al encuentro de cada hijo dañado por el pecado y necesitado de la misericordia divina.

Asimismo, la celebración de la Eucaristía en un Templo Jubilar cobra especial significación, puesto que nos acercamos al altar del Señor en la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena, con la intención y el deseo de alcanzar Indulgencia Plenaria, rememorando el Misterio Pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, verdadero acontecimiento salvífico y centro de nuestra fe. Comulgar el Cuerpo del Señor es aceptar a Cristo en nuestra vida sin fisuras, y hacernos portadores de su amor y misericordia hacia los demás.

Queridos peregrinos, os pedimos también vuestra colaboración para tener siempre presente que estamos no solamente en un Templo Jubilar, sino principalmente en un lugar sagrado, lugar de oración y encuentro con Dios a través de Jesús Sacramentado, de la lectura orante de la Palabra de Dios y de la contemplación de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena.

Recordaros también que en este Jubileo, en el que estamos llamados a ser «misericordiosos como el Padre», los destinatarios preferentes de nuestra misericordia deber ser los pobres y los que sufren; por ello, siguiendo las indicaciones del Papa, nuestra Archidiócesis de Sevilla ha proyectado realizar un signo concreto de caridad consistente en un centro de formación para personas sin trabajo o con pocos recursos, con el fin de ayudarles a reinsertarse en el mundo laboral; este centro será gestionado por Cáritas Diocesana y creado con la ayuda de todos, para la cual pedimos vuestra generosa colaboración, que podréis hacer efectiva como donativo entregado en los lugares indicados dentro de los sobres que se os han entregado.

Finalmente, reiteraros nuestra más fraterna bienvenida con el deseo sincero de que tengáis una grata peregrinación a la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena, y que cosechéis abundantes frutos espirituales.

Antonio José Mellet Márquez,

Rector de la Basílica y

Director espiritual de la Hermandad

 


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