La Consagración del Templo como Basílica
La documentación aportada por los Anales de la Hermandad de la Macarena elaborados por Guillermo Orellana Delgado, permite seguir la secuencia completa de la Consagración del Templo de Santa María de la Esperanza como Basílica agregada a la de San Juan de Letrán de Roma.
El día siete de julio del año 1965, la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Macarena, presidida por su Hermano Mayor, D. Carlos Delgado de Cos, fue recibida por el Su Eminencia el Cardenal D. José María Bueno Monreal en el Palacio Arzobispal, al que obsequió con un álbum de fotografías de los actos celebrados con motivo de la Coronación Canónica de la Virgen de la Esperanza. En el transcurso de esa audiencia, el Hermano Mayor le recordó la solicitud presentada para declarar el Templo como Basílica Menor, a lo que Su Eminencia contestó que activaría personalmente los trámites en un viaje a Roma con motivo de la tercera sesión del Concilio Vaticano II. Así fue, y el Canónico de la Santa Iglesia Catedral, D. Francisco Gil Delgado informó telefónicamente el día veintitrés de octubre del mismo año que D. José María Bueno Monreal había comunicado desde Roma que tenía la autorización de la Santa Sede para la proclamación del templo como Basílica Menor, una vez completado los trámites oportunos y la Consagración preceptiva. D. Carlos Delgado de Cos y D. Miguel Muruve, Mayordomo de la Hermandad, le expresaron personalmente su agradecimiento al Cardenal por la obtención sub conditione del título de Basílica Menor, el día veinte de diciembre del año 1965.
Los días tres, cuatro y cinco de octubre del año 1966 la Hermandad celebró un Triduo de preparación pastoral para la Consagración del Templo y su futura Declaración de Basílica, con la participación del Camarero Secreto de S.S. el Papa Pablo VI, y del Maestro de Ceremonia de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla, Rvdmo. Mons. Dr. D. Alfredo Gallego Sánchez. El día siguiente, seis de octubre, se celebró el traslado de las Sagradas reliquias de los santos mártires sevillanos San Félix y San Celestino, donadas por el Arzobispo de Mesina (Italia) a finales del siglo XVII o principios del XVIII, portadas por Monseñor D. Alfredo Gallego Sánchez desde el Palacio Arzobispal hasta la Iglesia de San Gil en el coche del Mayordomo de Nuestra Señora de la Esperanza, D. Miguel Muruve Román. Allí quedaron depositadas hasta el momento de la consagración previa a la elevación del templo a la categoría de Basílica, siendo trasladadas a éste en solemne procesión por el Cura Párroco de San Gil y Director Espiritual de la Hermandad Rvdo. Padre D. Manuel Domínguez Bermejo.
Fueron depositadas en el despacho del Hermano Mayor. Presidía el altar de las reliquias un crucifijo, fiel reproducción en miniatura del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, de la Universidad, bajo dosel rematado por un medallón representando la Sentencia de Cristo y, a ambos lados, ángeles portadores del santo Rosario. Completaban este altar candelabros de plata con cera pura y jarras repujadas del mismo metal cuajadas de claveles rojos. Ante el altar había un reclinatorio revestido de púrpura para el Prelado y en los laterales de la capilla, a la derecha, sobre una mesa con manteles blancos, una bandeja de plata conteniendo otras más pequeñas con sal y ceniza de palmas del Domingo de Ramos, un recipiente con agua y una copa de vino puro. Con estos ingredientes Monseñor Gallego, hizo y bendijo el Agua Gregoriana, llamada así en memoria de San Gregorio Papa, que fue el Pontífice que la creó, volcada luego en un magnífico acetre de plata labrada cedido por el Sr. Cura Párroco de Santa Ana, Rvdo. P. D. José María Arroyo Cera. A la izquierda otra mesa con mantel y frontal rojo, bordado en oro, conteniendo los ornamentos del mismo color, con que se revestirían el Sr. Cardenal y los ilustres Canónigos oficiantes.
El Cardenal D. José María Bueno Monreal procedió a la consagración del Templo el día siete de octubre del año 1966, festividad de Nuestra Señora del Rosario. Al acto asistieron como invitados los Hermanos Mayores de las Hermandades del Gran Poder, Estudiantes, Sacramental y Carmen de San Gil, Valme de Dos Hermanas. Dentro de la liturgia de Consagración fueron incluidas en el altar las reliquias de San Félix y San Celestino, depositadas en un sepulcro abierto al efecto en la nueva mesa de altar esculpida en mármol. Esos días el Arco de la Macarena lució iluminación por primera vez desde hacía muchos años.
Finalmente, el día veintidós de noviembre del mismo año 1966, su Santidad el Papa Pablo VI firmó el Breve Pontificio por el que se concedía elevar a Basílica Menor el Templo de Santa María de la Esperanza Macarena. El documento está firmado por el Secretario de Estado Cardenal Cicognani.
Así consta en la fachada principal de la Basílica en una lápida conmemorativa con el siguiente texto:
A LA MAYOR GLORIA DE DIOS Y DE LA
BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
EL DIA 7 DE OCTUBRE 1966, FUE SOLEMNEMENTE
CONSAGRADO ESTE TEMPLO
DE SANTA MARÍA DE LA ESPERANZA MACARENA,
POR EL EMMO. Y RVDMO. SR. DR.
D. JOSÉ MARÍA, CARDENAL BUENO MONREAL,
ARZOBISPO DE SEVILLA.
SU EMINENCIA REVERENDÍSIMA DECRETÓ
QUE LA FIESTA DE LA DEDICACIÓN DE
ESTA IGLESIA, SE CELEBRE TODOS LOS AÑOS
EL DÍA 31 DE MAYO Y QUE, EN DICHO DÍA,
CUANTOS ASISTAN PUEDAN
GANAR INDULGENCIA PARCIAL.
PARA PERPETUAR TAN EXTRAORDINARIO ACONTECIMIENTO
FUE COLOCADA ESTA LÁPIDA.
SU SANTIDAD EL PAPA PABLO VI,
CON FECHA 12 NOVIEMBRE DE 1966, LO DECLARÓ
BASÍLICA MENOR.
Por último, el día veinticinco de abril del año 1967, y tras la concesión del título de Basílica Menor al Templo Macareno por S.S. el Papa Pablo VI, se encargó al orfebre D. Manuel SECO VELASCO, la realización de las insignias basilicales, el Pabellón y el Tintinábulo, según dibujos de D. Manuel SECO ROLDÁN, siendo estrenadas en la procesión del Corpus Christi del presente año.
Fotografías: Archivo Hermandad de la Macarena
