Jesucristo pasa por nuestra vida
Artículo de N. H. D. Antonio José Mellet Márquez. “Queridos hermanos: Inexorablemente ha llegado el viernes previo al Domingo de Ramos, último viernes del tiempo de Cuaresma, al cual denominamos Viernes de Dolores porque, especialmente antaño, recordábamos en la liturgia los dolores morales y espirituales de la Santísima Virgen durante la Pasión de su Hijo. Actualmente también es una jornada para acercarnos a los dolores de la Virgen y que éstos nos animen a una conversión más sincera y auténtica de nuestra vida en vista a la Semana Santa que estamos a punto de iniciar.
La Semana Santa, o semana mayor en la liturgia de la Iglesia, es una ocasión única para profundizar en el Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, el Misterio Pascual, en el que hemos sido redimidos por Cristo y regenerados como nuevos hijos de Dios; por eso, año tras año, celebramos con tanta profundidad y solemnidad este acontecimiento pascual, a través del cual Jesucristo pasa por nuestras vidas ofreciéndonos su gracia y su salvación. Además de las celebraciones litúrgicas, donde la presencia sacramental y la Palabra de Dios se manifiestan tan enriquecedoras, en nuestra cultura cristiana contamos con la piedad popular, fuente de acercamiento a Dios para muchos fieles. Y dentro de la piedad popular, la estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral para cumplir con nuestro compromiso de dar pública manifestación de fe en Jesucristo y de devoción a la Santísima Virgen.
En nuestra Hermandad nos disponemos a cumplir con la realización de la estación de penitencia la próxima Madrugada del Viernes Santo, después de haber vivido una intensa preparación espiritual durante la Cuaresma, especialmente con la celebración del Vía crucis, del Quinario y de la Función solemne al Señor de la Sentencia, y con la celebración del Septenario y de la Función solemne a la Virgen de la Esperanza; sin duda, habremos experimentado durante estos cuarenta días el paso del Señor y de la Virgen por nuestras vidas, llamándonos a cuidar de nuestra vida espiritual y a buscar el compromiso cristiano con un mayor empeño y una mayor determinación para transformar el mundo con la alegría del Evangelio.
En estos últimos días de Cuaresma, deseo animaros a que viváis una Semana Santa en actitud profundamente cristiana, acudiendo a los oficios religiosos, especialmente el Jueves Santo, en el que se celebra la institución de la Eucaristía, el sacerdocio ministerial y el mandamiento del amor, y el Sábado Santo a la Vigilia pascual, donde viviremos la Resurrección del Señor. Asimismo, para cuantos participan de la estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, ya sea como nazareno, acólito, costalero, miembro de la Centuria Macarena o de cualquier otro modo, debo insistir en la necesidad de que lo hagamos con un corazón limpio de faltas y pecados después de haber acudido al sacramento de la Reconciliación, como mandan nuestras Reglas, así como con la actitud externa propia de quien está dando pública manifestación de fe acompañando a sus Sagrados Titulares en la procesión. Nuestra actitud externa de recogimiento debe ser manifestación de nuestra actitud interna de oración y amor a nuestros Sagrados Titulares.
Que Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y su Bendita Madre, a quien veneramos con las advocaciones de María Santísima de la Esperanza Macarena y Ntra. Sra. del Santo Rosario, nos concedan una profunda Semana Santa y una hermosa Madrugada de Viernes Santo, renovadora de nuestra devoción a los Sagrados Titulares de nuestra Hermandad. Que concedan asimismo una buena Semana Santa a nuestra ciudad, para que todos aquellos que se acerquen a las imágenes sagradas se sientan aliviados de sus penas, fortalecidos en la fe, animados a la caridad y consolados con la esperanza”.
Antonio José Mellet Márquez, Rector de la Basílica y Director espiritual de la Hermandad de la Macarena.