Presentación Esperanza Nuestra

22 noviembre 2011
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De las tabernas de la calle Feria a la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca. De las oraciones, agradecimientos e invocaciones, a veces escritas con faltas de ortografía, que plasman los hermanos y los devotos en el libro de visitas de la Hermandad durante los días del Besamanos de la Esperanza, al verso y la prosa de un Premio Nacional de Literatura. De la seria gracia y elegante espontaneidad popular de los armaos a la reflexión de los teólogos. De los devotos más sencillos a los científicos de mayor reputación nacional e internacional.

Todo eso y más abarca el universo macareno. Todo eso y más abarca la universal devoción macarena. Todo eso y más abarca esta Virgen que desborda su camarín, rebosa su paso, rebasa las murallas y sin dejar de ser nunca de su barrio excede los límites de Sevilla y traspasa los de España. Dos versos, de Manuel Machado y de Juan Sierra, expresan mejor que nada este tan macareno ser a la vez lo más popular y lo más elegante, lo más de su barrio y lo más universal, lo más sencillo y los más profundo, lo más espontáneo y lo más culto.  “En vino blanco, en romero, / en la cal de una fachada, / yo te pienso cuando quiero / ¡lirio de la madrugada! / Allí en tu barrio guardada, / (solo tu barrio te guarde)”, escribió Juan Sierra. Y Manuel Machado, tan sevillano, tan universal, escribió en su “Retrato”: “con Montmartre y con la Macarena comulgo”. Guardada por su barrio, abierta a lo universal: así es la Macarena y así pretender ser esta publicación.

 

 

En toda época los mejores talentos que Sevilla ha tenido se han rendido ante la Macarena. Le ha compuesto Joaquín Turina, le han pintado García Ramos, Grosso o Juan Miguel Sánchez, le han escrito los Quintero, Romero Murube, Muñoz y Pabón, Núñez Herrera, Machado, Chaves Nogales, Sánchez del Arco, Sierra o Halcón, por citar sólo a los muertos para que no se piquen los vivos si no se nombra alguno. Y si nos ponemos capillitas, le han bordado Ojeda y Elena Caro, le han compuesto marchas Guerrero, Cebrián, Gámez Laserna y Morales, le han cantado Torres y Centeno por saetas y en verso don Antonio Rodríguez Buzón. Y junto a los mejores talentos se ha rendido a la Esperanza el pueblo que nos la ha dado, que de manos de huertanos y no de eruditos o nobles nos viene la Esperanza desde que las gentes de este barrio la trajeron de los Basilios al modestísimo altar que al principio tuvo a los pies de la parroquia de San Gil.

Habremos acertado o no, pero nada hemos tenido más presente los miembros del Consejo de Redacción de esta tercera etapa de ESPERANZA NUESTRA –Pedro Bohórquez, Antonio García, Fernando García, Alejandro López, Ignacio Sabater, Emilio Sáenz y quien os habla- que este carácter plural que en lo local y lo universal define a nuestra Hermandad.

Dividida en cuatro partes o secciones, la primera y la segunda –HERMANDAD VIVA y SOMOS DOCE MIL- están por eso dedicadas a la Hermandad y la Cofradía, a sus actos, a sus cultos internos y externos u ordinarios y extraordinarios, a la web que creará la definitiva malla de comunicación entre los hermanos, a la acción social, a todos los grupos que incansablemente trabajan por hacer más perfecto lo perfecto y más grande lo grande, a los más veteranos –empezando por nuestra hermana número uno, doña Mercedes Alba, que comparte con todos nosotros sus recuerdos- y a los más jóvenes, a los hermanos que hacen día a día la Hermandad, a los hermanos que con su fe logran milagros que hacen posibles beatificaciones –no dejen de leer el testimonio de la niña del milagro de la beatificación de Madre María de la Purísima- y a los hermanos que están donde solo se ama mejor que aquí a la que es nuestra vida, esperanza y dulzura. Siempre que hemos podido hemos titulado las secciones con las expresiones que mejor han definido a la Esperanza y a lo macareno. Así la participación de los niños se llama “Varita”, el reconocimiento a los hermanos más veteranos “Cirio morado, cirio verde”, la acción social “La que cura toda herida”, el obituario “Última levantá por los macarenos que están en el cielo” y la colaboración de los hermanos, “Malla”. Esta última, que en este número sólo recoge breves frases de devoción y agradecimiento expresadas en el libro de visitas puesto a disposición de los hermanos y los devotos durante el besamanos, habrá de crecer gracias al otro instrumento de comunicación que en breve plazo pondrá la Hermandad a disposición de los hermanos: la nueva web en la que podrán volcar sus opiniones y artículos, una selección de los cuales será recogido en el próximo número de ESPERANZA NUESTRA. Con ello hemos querido, no sólo no perder, sino ampliar esas tan entrañables, sinceras y emotivas colaboraciones de hermanos que se recogían en nuestros boletines. Y que para todos nosotros eran uno de sus más cálidos valores.

En esta línea de hablar en macareno a los macarenos la tercera sección del ESPERANZA NUESTRA se titula “Sonrisa de nuestra alma”, bellísima expresión de Joaquín Romero Murube. Es aquí donde se reúnen las colaboraciones de mayor altura intelectual y teológica, escritas especialmente para el ESPERANZA NUESTRA por firmas de prestigio nacional e internacional. Este cuerpo central de la publicación, su corazón, está dedicado al corazón de la Hermandad, sus tres titulares, y a lo que sus advocaciones y sus sagradas imágenes representan.

La Virgen del Rosario se vincula al poder de la oración, a la ternura de la Santísima Virgen acunando al Niño como representación de la acogedora ternura que hace tan íntimamente próxima la devoción a la Santísima  Virgen y a la Iglesia como Madre que nos acoge en sus brazos. El Señor de la Sentencia se vincula al tremendo misterio que, en palabras de Juan Pablo II, representa “la realidad del mal y del sufrimiento, presentes bajo tantas formas en la vida humana, que constituye para muchos la dificultad que impide conciliar entre sí la verdad de la paterna solicitud de Dios hacia el mundo creado y la realidad del mal y del sufrimiento experimentado en formas diversas por los hombres”. ¿Qué puede arrojar mejor luz sobre nuestro manso y bueno Señor que oye su sentencia de muerte que la reflexión sobre este misterio teológico que nuestro misterio esculpido representa de forma tan conmovedora? La Virgen de la Esperanza queda unida al misterio de la virtud teologal de la esperanza cristiana que Ella representa y contagia como ninguna otra imagen nacida de las manos del hombre lo hace. Esto lo sentimos todos, porque dichos en macareno el poder de la oración, el misterio del dolor y la virtud de la Esperanza se llaman Rosario, Sentencia y Macarena; pero conviene que la reflexión ayude a la emoción para incremento de nuestra formación, profundización en nuestra devoción y universalización de los valores de nuestras sagradas imágenes.

Para ello en este primer número de la tercera época de ESPERANZA NUESTRA se ha solicitado la colaboración del filósofo y teólogo Juan Antonio Estrada, profesor de Metafísica y Filosofía de la Religión en la Universidad de Granada, formado en las universidades de Comillas, Innsbruck, Munich y Gregoriana de Roma, autor de “Dios en las tradiciones filosóficas” o “La imposible teodicea: la crisis de la fe en Dios”, que escribe sobre el Señor de la Sentencia. Para ello, y siguiendo la indicación de Benedicto XVI de aunar ciencia y religión o fe y razón, se ha solicitado la colaboración del bioquímico Manuel Losada Villasante, catedrático Bioquímica de la Universidad de Sevilla, profesor investigador en las universidades de Müntster y Berkeley, director del Instituto de Biología Molecular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Premio de Investigación Científica y Técnica Maimónides de la Junta de Andalucía, Premio Rey Jaime I de Investigación, Hijo Predilecto de Andalucía, Medalla de la Universidad de Sevilla y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. Y además cristiano y devoto de la Esperanza, sobre la que escribe el artículo “María, Madre de Dios y Esperanza nuestra”. Y para ello se ha solicitado la colaboración del más grande teólogo español, Olegario González de Cardedal, formado en las universidades de Oxford, Munich y Washington, catedrático de la Pontificia de Salamanca, autor de 24 libros extraordinarios –entre los que destacaría sus dos volúmenes de Cristología y “La entraña del cristianismo”-, asistente al Concilio Vaticano II, consultor del Consejo Pontificio para el diálogo con los no Creyentes, miembro de la Comisión Teológica Internacional, del Pontificio Consejo para la Cultura y de la Real Academia de Ciencias Morales y Jurídicas, recientemente galardonado con el premio Ratzinger, considerado el Nóbel de la Teología. Él escribe sobre la oración y la Virgen del Rosario el artículo “María, Madre de la Santa Esperanza”. Tres extraordinarios artículos escritos expresamente para el ESPERANZA NUESTRA por tres grandes firmas para proyectar la hondura de la devoción macarena al mundo y para traer lo mejor del mundo del pensamiento religioso a la Macarena.

La cuarta y última parte toma su nombre –“Luz y gracia de Sevilla”- del lema que utilizó el pintor Juan Miguel Sánchez para presentar el prodigioso cartel de la Semana Santa de 1931, que por ser el primero dedicado únicamente a ella, y no genéricamente a las fiestas de primavera, empezó por donde se debe: por la Esperanza Macarena, maravillosamente plasmada con la sevillana modernidad que corresponde a esta Hermandad siempre en vanguardia. “Luz y gracia de Sevilla” trata de las efemérides macarenas y del arte y la Hermandad de la Macarena. La efeméride recordada en este número es la Estancia de la Hermandad en la Iglesia de la Anunciación. Y el arte… El arte de mandar pasos, con una entrevista a nuestro hermano Miguel Loreto, manteniéndose en lo futuro esta sección para tratar de capataces y costaleros macarenos. El arte del saber estar de los armaos y del saber dibujarlos, con tanta gracia, de Martínez de León, manteniéndose en lo futuro esta sección para tratar la historia y personajes de la Centuria Macarena. El arte vital de las calles de las que brotó la devoción a la Esperanza y de las calles de toda la ciudad cuando en la Madrugada desborda los límites del barrio que la guarda, una geografía de las emociones que en este número se ocupa de la calle Feria. El arte de la orfebrería, con un análisis histórico y artístico del camarín diseñado y ejecutado por Fernando Marmolejo como altar, casa, cofre y arca de nuestra Esperanza. El arte de la música, con una entrevista a don Pedro Morales, que dijo Macarena en música a través de una marcha inolvidable. El arte de la fotografía, a través de las más antiguas imágenes –del siglo XIX- conservadas del Señor de la Sentencia y la Virgen de la Esperanza. Y el arte de la palabra, con un texto escrito especialmente para este número por el premio Fastenrath de la Real Academia Española, premio Ciudad de Sevilla y Premio Nacional de Literatura Aquilino Duque.

La contribución de las artes se unen bajo el nombre común de “Ofrenda”, porque esculpir, componer, cincelar, escribir, bordar o fotografiar son las formas que tienen los artistas de ofrendar su devoción a la Esperanza. Además de los cuatro autores invitados citados, los textos de ESPERANZA NUESTRA han sido escritos –como si también de ofrendas de palabras se tratara- por los hermanos o devotos Alejandro López, Gloria Gamito, Antonio García, Álvaro García, Enrique Guevara, Javier Rodríguez Barberán, Álvaro Recio e Ignacio Camacho. Ofrenda es el diseño, tan moderno y tan macareno, obra de Ignacio Sabater, costalero de la Esperanza que aquí cumple la misma función en versión editorial: mostrar la Esperanza llevando a los hermanos las palabras y las fotografías que componen ESPERANZA NUESTRA. Y ofrendas son muchas y espléndidas fotografías de nuestros titulares, nuestros cultos y nuestra cofradía hechas por Emilio Sáenz, Arturo Candau, Javier Rizo, Dihor, Álvaro Heras, Francisco Narbona, Roberto Villarica, Antonio Sánchez Carrasco, Francisco de Borja Cordero, Mariola Agujetas, Juan Haretón, Ángel Antonio Tirado, Fran Silva y Fernando García Arcos. Más que las palabras, son estas imágenes las que dan vida, ponen emoción y hasta arrancan lágrimas. Porque a las palabras no se les reza, pero a las fotografías de nuestras imágenes sí. ¿O puede algún texto superar en emoción al reflejo de la cofradía en el casco de un armao que se abraza a un nazareno en este atrio, cumplida ya la estación de gloria y penitencia de nuestra cofradía?

El calendario de cultos para el año 2012 cierra el ESPERANZA NUESTRA que con tanta ilusión y tanto respeto –porque tiene fama la severidad del juicio de los hermanos macarenos- ponemos en vuestras manos. En cuanto esté operativa la nueva web de la Hermandad podréis ayudar a mejorarlo con vuestros comentarios y a enriquecerlo con vuestras aportaciones. Hemos pretendido aunar información, formación y emoción para que cada uno de los 12.500 hermanos se pueda sentir reflejado y representado al menos en algunas de las muchas secciones que componen ESPERANZA NUESTRA, y de ser posible en todas.

Completa el volumen que les presentamos un DVD, ofrecido a los hermanos por DIARIO DE SEVILLA, en el que se recogen todas las imágenes y los textos dedicados al Señor de la Sentencia y a la Esperanza pertenecientes a la colección de 15 DVD dedicados a los textos sobre Semana Santa de algunos de los más grandes escritores sevillanos que ofertó la cuaresma pasada este diario sevillano, dirigidos por quien os habla y realizados por Carlos Valera, con textos macarenos de Rodríguez Buzón, Sánchez del Arco, Fernández Bañuls, Juan Sierra, Chaves Nogales, Joseph Peyré, Romero Murube, Núñez Herrera, San Juan de Ávila, Aquilino Duque, Antonio Burgos, Emilio Sáenz –que como todos sabemos escribe con la luz de sus fotografías- y un servidor.

Todos sabemos cual es la grandeza de esta Hermandad, de esta Cofradía y de esta devoción. Que todo lo que puedan decir y escribir los teólogos, los filósofos, los Premios Nacionales de Literatura o los Premios de Teología Joseph Ratzinger lo sienten, aunque no sepan expresarlo, sus devotos más sencillos. Porque lo proclama la Esperanza con su cara obedeciendo a su Hijo cuando bendijo a su Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y revelárselas a pequeños y sencillos. No pudo por eso erigirle Gómez Millán mejor basílica a la Esperanza que la que le ofreció Victoria Sánchez Contreras dándole refugio en su modesta habitación de corral de vecinos; ni podrá nunca ningún teólogo, filósofo o poeta escribir nada que supere en esperanza cristiana en la resurrección de los muertos, confianza en la Santísima Virgen y emoción a lo que un niño escribió en el libro de visitas durante el Besamanos: “Dale un beso a papá”. Con la modestia que esto enseña, que es la de saber que aquí nadie es más que nadie, que tras las imágenes el mayor tesoro de esta Hermandad son sus hermanos y que la joya más preciada del Señor y de la Santísima Virgen es la devoción de sus devotos anónimos, ponemos el Esperanza Nuestra a las plantas de la Virgen del Rosario, del Señor de la Sentencia y de la Esperanza Macarena. Y tras ello, en vuestras manos.

Ojala hayamos sabido siquiera acercarnos a lo que los hermanos merecen y la Macarena exige.

Carlos Colón


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