Gracias Hermanos por vuestro esfuerzo y devoción

17 abril 2012
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Hace apenas una semana y mantenemos en la memoria un tránsito malversado del tiempo, un espacio que nos engaña pues todo parece sucedido hace mucho. En plena Pascua de Resurrección, cuando el orbe católico se congratula en la fiesta de la redención del género humano, la Hermandad de la Macarena, encabezada por su Hermano Mayor y la Junta de Gobierno tiene la obligación de expresar a todos sus Hermanos la más sincera y fraternal felicitación por la excelente estación de penitencia que hemos realizado, en cumplimiento de lo que establecen nuestras Reglas, a la Santa  Metropolitana Iglesia Catedral.

El cuerpo de nazarenos de la Hermandad de la Macarena ha dado muestras, una vez más, del compromiso que adquieren, de la responsabilidad que representa vestir el hábito y convertirse en sendero de luz para nuestros Sagrados Titulares. Su abnegación y sacrificio merecen el plausible refrendo, y el reconocimiento, de nuestra Corporación, especialmente en este año en el que las circunstancias atmosféricas amenazaban con precipitaciones a primeras horas de la mañana del Viernes Santo, por lo que la Junta de Gobierno decidió realizar la estación de penitencia pero con la necesidad de adelantar la entrada de la Cofradía sobre el horario previsto. El esfuerzo para la consecución de este fin conseguido fue posible gracias al trabajo, perfectamente coordinado, del cuerpo de diputados, cuyas instrucciones eran seguidas, con la fidelidad que nos caracteriza a los macarenos –una hermosa impronta transmitida por quienes nos antecedieron en la mejor de las devociones-, por todos los nazarenos. El amor a nuestros Sagrados Titulares no plantean dudas cuando se hacen las peticiones por Ellos, no se regatean esfuerzos cuando se trata de evitar la desazón que provoca la inoportunidad de la lluvia.

Gracias Hermanos por vuestra aptitud ante los ruegos. Gracias, porque gracias a vuestra comprensión, a vuestra enorme devoción, pudimos concretar una de las estaciones de penitencia más hermosas de los últimos años. Gracias a quienes portaron nuestras Imágenes, a los costaleros que sacrificaron y pusieron todos sus esfuerzo en cumplir estos propósitos, sin dejar de pasear por Sevilla, con la grandeza, dignidad y elegancia, al Señor de la Sentencia, que es primor y sensación de la gente de la Macarena, y a su Bendita Madre, la Virgen de la Esperanza, cuya universalidad devocional se agiganta cada año.

Vosotros Hermanos, ésos que acompañáis al Señor y la Virgen, en tramos inmensos y que no tenéis aún la suerte de poder disfrutar de Sus cercanas y material presencia –porque estamos seguros de que las lleváis grabadas en el corazón- por las calles de la ciudad, sois los que hacéis grande a esta Cofradía, como antes lo hicieron quiénes van en los últimos tramos, porque ennoblecéis con la penitencia, la abnegación y el sacrificio la memoria de la Hermandad de la Macarena y transmitís, a la expectación que os váis encontrando y descubriendo durante vuestro caminar, el mejor de los mensajes con los que Dios quiso premiarnos, el de la Esperanza.

Gracias Hermanos porque habéis vuelto a demostrar vuestro amor al Cristo de la Sentencia y a Santísima Virgen de la Esperanza Macarena


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