Como hoy, un día cualquiera

15 agosto 2012
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Hoy un día cualquiera de este 2012 hace veinte años Señora,veinte años gracias a tu divina Esperanza.

Ya se cumplió el aniversario de lo que tu, yo y otros tantos pero muy pocos sabemos y que hoy me gustaría compartir con tantos otros. Veinte largos años que me diste la gracia de vivir, de vivir en este mundo para poder verte.

Atento. Hace veinte años me operaron de un cáncer con siete meses de edad ¿Sigue sonando raro no, la palabra cáncer? Esa palabra que cada día suena en la televisión, en la radio incluso en las bocas de las personas.

Pero duras palabras cuando salen de la boca de un ser querido o de uno mismo que aquí os escribe. Esto me vino de nacimiento parece ser y a la temprana edad de dos meses en este mundo fue detectado, la verdad hasta los siete no pudo ser extirpado.

 Desgraciadamente la tristeza invadió el seno de mi familia pero nadie perdió la Esperanza. Probablemente podrían haber quedado secuelas pero nunca las he notado y a Dios gracias. Una vida normal de una persona normal ¿Qué he dicho, de una persona normal?

Mejor decir de un Cofrade normal puesto que hasta operado de un tumor donde se coloca uno en este mundillo del costalero “La Faja” no me sirvió de excusa para poder vivir desde el 2005 hasta hoy y que ésto siga hasta que el cuerpo aguante, saber lo que es el mundo del costal.

No me he privado de nada, la verdad sea dicha.En este caso la verdad sea escrita.

¿Y a quién le puedo atribuir yo este pequeño pero gran “Milagro” a mi forma de ver, para mi? La pregunta es concreta y la respuesta concreta pues como dijo alguien, a palabras concretas respuestas, respuestas concretas. Si señor, a Ella a la Esperanza Macarena.

Como muchos Sevillanos o no Sevillanos como es mi caso, eso es lo que menos importa.

Le debemos a esta devoción universal nuestra vida y todo lo bueno que le rodea, Ella que nos lo ha todo y no pide nada a cambio. Ella que será siempre faro y guía de nuestras vidas y las llevara siempre por el buen camino, siempre que nos dejemos guiar por Ella.

De verdad que alguien La mire a los ojos, y se concentre en ellos y verá algo inexplicable pues cada sentimiento que viene del alma es inexplicable, mas el que Ella nos regala. Yo te doy las gracias cada día por lo que me das, me sigues dando y me darás. Pues en tus manos mi destino está y gracias de verdad.

 Pero me sigo diciendo a mi mismo en mis momentos de reflexión… “Y yo que tenido la suerte, de verdad la suerte, de poder vivir y poder verle la cara a la Esperanza Macarena. Desde luego ha merecido la pena después de tantos años llegar a Ella.”

 ¡Al cielo vamos con Ella!

NHD Daniel Gómez de Butrón


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