Cristo reaviva nuestro amor

14 febrero 2018
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Artículo de N. H. D. Antonio José Mellet Márquez.

“Queridos hermanos:

Ya vislumbramos en el inmediato horizonte la madrugada del Viernes Santo, cuando iniciemos nuestra estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral para cumplir con nuestro compromiso de dar pública manifestación de fe en Jesucristo, y ello en el contexto de la Semana mayor de nuestra liturgia, la Semana Santa, durante la cual rememoramos de una manera especial el Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, Misterio que nos redime del pecado y de la muerte, y nos abre a la esperanza de una feliz vida eterna junto a Dios.

Pero antes de llegar a esos momentos celebrativos, debemos ponernos interiormente en actitud de peregrinación hacia esa meta que vemos en el horizonte, es decir, la Pascua, a la que debemos llegar con un corazón convertido al verdadero seguimiento de Jesucristo. Es por ello que necesitamos vivir intensamente la Cuaresma, tiempo de gracia que iniciamos precisamente hoy, Miércoles de ceniza.

Durante este tiempo cuaresmal escuchamos una intensa llamada a la conversión, que empieza cuando permitimos que Jesucristo avive en nuestros corazones el amor a Dios —tantas veces olvidado en nuestras vidas, cuando le damos la espalda con nuestros comportamientos— y al prójimo —cuyas necesidades y preocupaciones en tantas ocasiones nos producen indiferencia—; la conversión es cambiar de mentalidad, rechazando la manera de pensar de este mundo secularizado y laicista, para dejarnos moldear por el mensaje de Jesús, que es el Evangelio; la conversión es volver al mandamiento del amor, como nos recuerda el Papa Francisco en su Mensaje para la Cuaresma 2018, «el amor se enfría también en nuestras comunidades: en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium (números 76-109) traté de describir las señales más evidentes de esta falta de amor; éstas son: la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse y de entablar continuas guerras fratricidas, la mentalidad mundana que induce a ocuparse sólo de lo aparente, disminuyendo de este modo el entusiasmo misionero».

Prestemos atención al modo en que el Papa pone el acento en lo importante, invitándonos a no distraernos con lo accesorio, cuya única razón de ser es estar al servicio de lo esencial. Y lo esencial es un corazón que ame a Dios y al hermano —en todas las maneras y circunstancias posibles—, que viva en la nueva mentalidad del Reino de Dios, y que impregne el mundo con la alegría del Evangelio a través del propio testimonio de fe.

Durante la Cuaresma, nuestra Hermandad celebrará diversos cultos orientados a ese esencial que venimos describiendo: el Vía crucis del próximo viernes, el Quinario y la Función al Señor de la Sentencia, el Septenario y la Función a la Virgen de la Esperanza, un retiro espiritual para los miembros de la Junta de gobierno, un acto penitencial para los jóvenes de nuestra Hermandad,… Os invito a que nuestra participación en los mismos esté orientada a la conversión cuaresmal para que, completadas con un tiempo litúrgico en el que incrementemos la oración, el ayuno y la limosna —como tradicionalmente nos pide la Iglesia—, lleguemos a la Semana Santa y a la Pascua con la experiencia de la conversión del corazón.  

Quisiera concluir recordando las sugestivas palabras con las que el santo Padre nos estimula para la conversión en el mencionado Mensaje: «invito especialmente a los miembros de la Iglesia a emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración. Si en muchos corazones a veces da la impresión de que la caridad se ha apagado, en el corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo», deseando vivamente para toda nuestra Hermandad que Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y su Bendita Madre, a quien honramos con los títulos de María Santísima de la Esperanza Macarena y Ntra. Sra. del Santo Rosario, nos concedan una fructífera Cuaresma, una hermosa Madrugada de Viernes Santo y una renovadora experiencia pascual.

Antonio José Mellet Márquez, Rector de la Basílica y Director espiritual de la Hermandad de la Macarena”.


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