¿Por qué celebramos el Miércoles de Ceniza?
El Miércoles de Ceniza es el primer día de la Cuaresma, un periodo de 40 días en los que la Iglesia Católica llama a los fieles a la conversión y a la preparación para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo que se celebran en la Semana Santa.
Es una celebración contemplada en el Misal Romano, que señala que en la Misa se bendecirán e impondrán en la frente de los fieles las cenizas resultantes de la quema de los ramos bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior. Es una tradición que se remonta a la Iglesia primitiva, si bien es en el siglo XI cuando se establece la imposición de las cenizas para abrir el tiempo cuaresmal.
La ceniza es un símbolo: “ (…) el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, que acuden en gran número a recibir la Ceniza, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual” (Directorio sobre piedad popular y liturgia, art. 125).
Con su imposición no solo se simboliza, sino que el cristiano se debe comprometer a la conversión sincera de su corazón y a una actitud de humildad y penitencia.
Las cenizas pueden ser recibidas por los cristianos católicos y también por aquellas personas que no lo sean ya que los sacramentales, tal y como marca el Catecismo de la Iglesia Católica, no confieren la gracia del Espíritu Santo como sí lo hacen los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia estos “preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella”.
Sin embargo, al no ser un día de precepto, en el Miércoles de Ceniza no es obligatoria la imposición de cenizas.
Hay que recordar que el Miércoles de Ceniza es un día de ayuno -desde los 18 a los 58 años de edad- y de abstinencia de carne -al igual que sucede en el Viernes Santo- para los mayores de 14 años de edad. El ayuno significa que el fiel puede hacer una comida fuerte al día.
Por último, señalar que todos los viernes de la Cuaresma son también de abstinencia obligatoria.