Jubileo Ordinario 2025: cómo ganar la Indulgencia Plenaria peregrinando a la Basílica
La Hermandad de la Macarena llama a todos los cristianos, en especial a sus hermanos y devotos, a peregrinar durante el Jubileo Ordinario 2025 de la Iglesia Católica (desde el 29 de diciembre de 2024 hasta el 28 de diciembre de 2025) a la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena -designada por el Arzobispo de Sevilla como lugar sagrado jubilar en la diócesis el pasado mes de noviembre- para ganar la Indulgencia Plenaria de la pena temporal de los propios pecados, aplicable también en sufragio de las almas de los fieles difuntos.
El Jubileo Ordinario 2025, convocado por Su Santidad el Papa Francisco mediante la bula Spes non confundit (La esperanza no defrauda) y bajo el lema Peregrinos de esperanza, es un tiempo de gracia en el que Dios nos concede todos sus bienes para nuestra renovación interior; un tiempo santo en el que los cristianos debemos reflexionar sobre nuestra fe, buscar el perdón y renovar nuestra relación con Dios. Durante el mismo, todos los fieles verdaderamente arrepentidos, excluyendo todo afecto al pecado (cfr. Enchiridion Indulgentiarum, IV ed., norm. 20, § 1) y movidos por espíritu de caridad y que, en el curso del Año Santo, purificados a través del sacramento de la penitencia y alimentados por la Santa Comunión, oren por las intenciones del Sumo Pontífice, podrán conseguir del tesoro de la Iglesia, plenísima Indulgencia, remisión y perdón de sus pecados, pudiéndose aplicar a las almas del Purgatorio en forma de sufragio.
¿Cómo ganar la Indulgencia Plenaria en la Basílica?
A) Participando en cualquiera de las siguientes celebraciones:
- Santa Misa
- Rosario diario rezado en la Basílica
- Exposición del Santísimo Sacramento el primer viernes de mes
B) Visitando individualmente o en grupo esta basílica, durante un período de tiempo adecuado, realizando adoración eucarística y meditación, concluyendo con el Padre Nuestro, Credo e invocaciones a María Santísima de la Esperanza, Madre de Dios, para que en este Año Santo todos “puedan experimentar la cercanía de la más afectuosa de las madres que nunca abandona a sus hijos” (Spes non confundit, 24).
IMPORTANTE: Además de participar en cualquiera de las celebraciones o visitar individualmente o en grupo esta basílica, para ganar una indulgencia plenaria, junto con la exclusión de todo afecto a cualquier pecado, incluso venial, se requiere el cumplimiento de estas tres condiciones*:
- Confesión sacramental.
- Comunión eucarística.
- Oración por las intenciones del Sumo Pontífice (con el rezo del Padre nuestro y Ave María).
*Las tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra prescrita
Celebraciones jubilares para la obtención de la Indulgencia Plenaria
- Horarios de misas jubilares:
- Lunes a viernes: 9:00, 11:30, 19:00 y 20:00 h.
- Sábados: 9:00 y 20:00 h.
- Domingos: 10:00, 12:30 y 20:00 h.
- Confesiones: 30 minutos antes de cada misa.
- Rezo del Santo Rosario: todos los días a las 19:40 h; domingos, también, a las 12:00 h.
- Adoración Eucarística: todos los primeros viernes de mes tras la misa de 20:00 h.
Las hermandades, asociaciones, grupos y entidades que quieran peregrinar a la Basílica deberán contactar con la Hermandad a través del correo electrónico capiller@hermandaddelamacarena.es para una mejor organización de la misma.
Los peregrinos que hayan cumplido los requisitos anteriormente expuestos podrán solicitar un diploma personalizado de peregrinación y de lucro de las indulgencias en la tienda de recuerdos de la Hermandad de la Macarena a cambio del donativo estipulado.
Se pondrá a disposición de los peregrinos información, tanto impresa como digital, de las condiciones para lucrarse de las indulgencias plenarias al peregrinar a la Basílica.
La Hermandad de la Macarena llama a participar en este tiempo de gracia para la renovación interior; tiempo también de penitencia, de recibir el perdón de Dios; tiempo de conversión personal, comunitaria y social; tiempo de crecimiento en la vida cristiana, de perdonar a los demás, de recomponer las relaciones personales rotas en la familia, en el trabajo, en el ambiente; tiempo de reflexionar sobre el sentido de nuestra existencia y sobre la llamada a orientar nuestra vida según los valores del Evangelio; tiempo de adoptar un nuevo estilo de vida bajo la luz de Cristo, única esperanza humana.