El Rvdo Padre D. Marcelino Manzano Vilches, pbro.

El Rvdo. Padre NHD. Marcelino Manzano Vilches, Pbro. Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Sevilla ocupará la sagrada cátedra del Solemne Septenario Doloroso en Honor y Gloria de María Santísima de la Esperanza Macarena.
El predicador quiere participar brevemente a los hermanos, fieles y devotos sobre los temas a desarrollar entre los días 8 al 14 de Marzo:
MIRANDO A LA MADRE DE NUESTRA ESPERANZA.
Una mirada honda, profunda, agradecida, creyente. Una mirada de hijos a la Madre, a la fuente de nuestra Esperanza. Una mirada que suplicará y agradecerá, que buscará su rostro, sus ojos, sus manos. Una mirada siempre macarena, que bien sabemos donde está la que es Bendita entre todas las mujeres. Una mirada de siete días que llamamos Septenario a Ntra. Sra. de la Esperanza. Eso es lo que pretendo compartir con los hermanos y devotos que se acercarán estos días a la Basílica en el Septenario: cómo miro y qué veo como cristiano, sacerdote y cofrade a nuestra Madre de la Esperanza. Y lo haremos como hermandad y como Iglesia, es decir, escuchando la Palabra de Dios y celebrando la Eucaristía. Porque toda mirada a la Virgen nos lleva a contemplar en Ella a Jesucristo, que en María ha obrado maravillas para nuestra salvación.
¿Y en qué se detendrá nuestra mirada? Dios mediante contemplaremos el rostro de la imagen de la Virgen de la Esperanza, porque es un icono que nos acerca la trascendencia de María, que está en el cielo asunta en cuerpo y alma, triunfante porque participa del triunfo de Jesucristo Resucitado. Y miramos su boca, esos labios por donde, como dice el salmo 44, se derrama la gracia de Dios, como medianera universal que es, porque así lo ha querido Jesucristo. Y miraremos sus ojos de misericordia. Y sus manos maternales, las que vinieron a besar miles de devotos en el pasado mes de mayo. Y contemplaremos sus lágrimas, las que cada Madrugada son preludio de alegría de Resurrección. Y escucharemos su voz… ¿Tiene la Virgen de la Esperanza voz? Sí que la tiene, sí que la tiene… Y hablaremos de los pies de nuestra Madre… sí, también los tiene, aunque no los veamos…
En fin: mirar a la Virgen y descubrir en Ella a Jesucristo. Será la mejor manera de seguir caminando por la Cuaresma hasta los días grandes de la Semana Santa y de la Pascua de Resurrección. Si la Cuaresma culmina para muchos vistiendo la túnica de merino y el antifaz morado o verde, o ciñéndose el costal aquellos elegidos para llevar al Señor de la Sentencia y a nuestra Madre de la Esperanza, valdrá la pena participar en el Septenario. Aquéllos que por cualquier motivo no puedan estar en la Basílica por impedimento de enfermedad, de trabajo o por vivir lejos de Sevilla, que sepan que vamos a pedir por ellos especialmente, para que se sientan muy unidos, por la Eucaristía, todos los corazones macarenos, y les invito a que también miren en estos días especiales, tiempo de gracia y salvación, a nuestra Madre de la Esperanza, siguiendo a través de esta página web los cultos. Que recen y celebren con nosotros, porque en la fe cristiana, en el sentimiento cofradiero, no hay distancias. Jesucristo, con su amor misericordioso, las ha derribado todas. Y como signo de su triunfo nos ha dado como Esperanza a su Madre, para que también sea nuestra Madre. ¡Alabado sea Jesucristo! Y bendita sea María, la Virgen, la Madre de nuestra Esperanza.
Marcelino Manzano Vilches, pbro.