Entrevista a Alberto García Reyes pregonero de la Esperanza

Entramos en una de las semanas más importantes para nuestra Hermandad. El besamanos anual de Nuestra Señora de la Esperanza se convierte en un momento clave para toda la ciudad. Durante más de tres días, Sevilla se llena de Esperanza a través de las manos de nuestra sagrada titular.
El Pregón de la Esperanza se convierte en el punto de unión de las diferentes hermandades de Esperanza de Sevilla. La Basílica de la Macarena acogerá este próximo Lunes 14 este pregón que este año correrá a cargo del sevillano Alberto García Reyes.
Junto a él nos hemos querido adentrar en el Pregón de la Esperanza 2015.
Antes de comenzar nuestra conversación en torno al pregón de la Esperanza 2015 me gustaría que nos fuéramos años atrás y nos hablara de sus primeros recuerdos de Esperanza en Sevilla.
Son muchos y difíciles de condensar en una sola imagen. El primer recuerdo de Esperanza que tengo, probablemente, es el de mi abuela materna, devota impenitente de dos vírgenes: la de las Nieves de su pueblo, Olivares, y la Macarena. Es difícil de explicar, pero la Esperanza ha sido para nosotros siempre una más de la familia. Mi abuela hablaba de Ella con tanta naturalidad… Pero, si tengo que elegir un momento, me quedo con la imagen de la Esperanza vista por primera vez con mis ojos, no con los de mi abuela. Mi madre dice que ya la había visto antes, pero yo no lo recuerdo. Lo que tengo grabado es un instante en el que la Macarena está a punto de entrar y, a pesar de que no se cabía, por un resquicio entre la gente se me apareció su cara. Yo tendría cinco años. De aquella historia sólo me queda ese momento. Lo demás no lo pongo en pie. Me queda simplemente la imagen más atronadora de Sevilla ante los ojos de un niño que todavía no entendía nada.
Seguro que tiene marcado en su calendario el día 18 de Diciembre como un día importante del año. ¿Cómo vive usted el día de la Esperanza?
En familia. La familia es el núcleo cristiano por excelencia, el espacio en el que con más profundidad hay que practicar la esperanza. Antes iba a los besamanos con mis padres. Ahora voy con mi mujer y mis hijos. Y ese día trato de explicarles, gracias a lo que nos ofrece esta ciudad, que la esperanza tiene dos modos de expresión: la expectación, que está representada en los nacimientos, y la espera de la eternidad, que está explicada en las dolorosas.
¿Qué le pide a la Esperanza en este pregón 2015?
Esperanza. Le pido mucha esperanza. Tengo la esperanza de poder decir lo que siento y, sobre todo, de poder definir lo que en Sevilla se sabe mejor que en ningún sitio: que la Esperanza es el camino. Yendo detrás de ella, se llega siempre a buen puerto.
La rotación anual y su elección han permitido que el Lunes 14, todas las Esperanzas de Sevilla tengan un portavoz especial ¿Qué es más complicado, la preparación literaria o el ejercicio mental para esta misión?
Lo más complicado para mí ha sido aceptar que todo lo que yo diga lo va a estar supervisando Ella. Hablar ahí, con esa Mujer detrás, es una hazaña para la que todavía no sé si estoy preparado. He tenido que mentalizarme. Y, a partir de ahí, he reflexionado mucho sobre el concepto de la Esperanza. La pieza literaria no tiene ningún valor, incluso en el caso de que pudiera estar escrita correctamente, si no está construida a partir de un compromiso espiritual. Entonces te das cuenta de que lo más hondo siempre es mejor decirlo de la manera más sencilla. El pregón que he escrito está hecho así: primero aceptando que tengo que decirlo ante Ella, segundo decidiendo qué necesito decir exactamente y, por último, dándole forma con las palabras.
¿Cómo y dónde ha querido preparar este cometido?
La verdad es que el proceso ha sido muy poco poético. He ido escribiendo ideas en los tiempos muertos que me deja mi trabajo en ABC. Unas veces mientras esperaba el comienzo de una rueda de prensa, otras veces de madrugada cuando ya dormían todos en casa, otras veces incluso por la calle tecleando cosas en el teléfono móvil… No puedo decir que haya creado un ambiente concreto para inspirarme. Aunque pueda sonar mal, prefiero, por deformación profesional, decir la verdad: lo he escrito a salto de mata. Pero lo he pensado mucho. Eso sí lo puedo decir: lo que he escrito es todo lo que yo soy. Si no gusta, será porque no estoy a la altura, no porque no me haya esforzado.
Un compañero suyo habla de “Los ojos de la Esperanza” como esa imagen que “cuando escribo tengo delante” ¿Qué imagen de Esperanza ha tenido usted cuando ha escrito estos textos?
Sus lágrimas. Las lágrimas de la Macarena. Ya he escrito varias veces que la mayoría de las vírgenes lloran tres lágrimas en su mejilla derecha y dos en la izquierda. Sin embargo, la Esperanza Macarena tiene el llanto al contrario. Dos y tres lágrimas. Esos son los tiempos de la seguiriya flamenca, que, curiosamente, es el cante más misterioso de cuantos existen. Por eso yo siempre trato de dejarme llevar por cómo llora Ella para intentar entenderla, aunque en este pregón las lágrimas no van a estar en primer plano.
Imagino que en muchos instantes ha sido una amalgama de todo pero ¿Ha habido más momentos de vértigo, miedo o responsabilidad?
De todo. Primero mucho miedo por lo que he dicho antes de que tengo que declamar el pregón delante de la Esperanza. Y segundo, mucha responsabilidad porque, aunque nunca se puede estar a la altura de Ella, hay que dejarse el alma en intentarlo. No es una responsabilidad por lo que pueda decir la gente después de escucharlo, que es sagrado, sino por lo que yo mismo pueda llegar a sentir.
Y durante unos días, Sevilla se llenará de Esperanza…. ¿Qué tienen las Esperanzas que cambian los rostros de sus hijos?
Tienen el mensaje principal para cualquier cristiano: que a través de la Esperanza se accede a la vida eterna. Ellas son quienes nos explican eso. No creo que sea necesario añadir mucho más.
Permítanos esta pregunta ¿A usted como le gusta más la Macarena, sevillano?
De ida por su mejilla derecha. De vuelta, por la izquierda. Y el resto de los días de mi vida, pintada en los azulejos de miles de casas del mundo. Como dice un buen amigo mío, a mí la Macarena me gusta hasta por la tele.
¿Tendrá cabida el compás más puro en su pregón?
Yo no concibo la vida sin compás y, además, creo que el flamenco es un arte que tiene muchas cosas en común con la Semana Santa. Como las dos cosas me vuelven loco, ¿por qué voy a renunciar a juntarlas? Habrá compás, habrá momentos de soleá y habrá momentos de fiesta. Le adelanto que pienso decirle a cada Esperanza unos cuantos piropos flamencos.
“Por si sirve aparte, le cuento que en el pregón hablaré de las distintas maneras en las que yo concibo la Esperanza: la Esperanza de la creación, la Esperanza de la vida, la Esperanza de la muerte, la Esperanza de la eternidad… Y que habrá más o menos tantos versos como prosa”.
Entrevista realizada por NHD. Mario Vara Gutiérrez.