La Mantilla de la Macarena Autora: Milagros Cruz Villén

Del cielo cayó una rosa,
voló, y se paró en Sevilla,
el tallo se hizo mujer,
y las nubes al pasar,
rozando con la Giralda,
tejieron una mantilla
que la cogió una gitana
y la guardó en una arquilla.
Ella no sabia que hacer
con aquella prenda fina;
buscando va una mujer
porque no tiene comida
que darle a su churumbel
y con la mano tendida,
pasan, y no encuentra quién
le cure de aquella herida.
Caminando hacia su casa,
ve una criatura divina,
¿Quién será aquella mujer
con lágrimas y sonrisa?
Se para un rato a observarla,
no le pregunta, la mira
¿Por qué lloran esos ojos
que están mirando hacia arriba?
Mientras lágrimas caían
en su pechera divina;
y se olvido de la “jambre”
del churumbel de su vida.
Volvió corriendo a su casa
para sacar del arquilla
aquella prenda que hicieron
los ángeles en Sevilla.
La lleva en una canasta
hecha de mimbre muy fina,
y se la pone llorando
para que nunca en la vida
se enfriara el corazón
de otra madre que sufría.
Postrándose de rodillas,
la gitana, en una silla,
le dijo a la Macarena
con la gracia de Sevilla…
Tu no llores más “mujé”
mira que llora Sevilla,
y con ella los gitanos
de pura raza castiza,
que ya bastante tenemos
con que “mu” falte “comia”
que “dale” a los churumbeles,
guarda siempre esa sonrisa,
que cuando yo venga a “vete”
me contagies “deseguia”.
Por eso la Macarena,
llora y contiene la risa,
porque una gitana buena,
le colocó una mantilla,
que la tejieron las nubes…
a su paso por Sevilla.
Autora: Milagros Cruz Villén