Recuerdos de la Estación de Penitencia 2017

26 abril 2017
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Rito de Conclusión: a Sevilla

Mientras llega Ella, déjenme irme de aquí con una protestación de fe sobre este paraíso en el que pongo toda mi Esperanza. Ay, Sevilla…

Eres más cárcel que cuna,

pero eres mi libertad,

mi mentira y mi verdad,

la prisión de mi fortuna.

Eres el hambre que ayuna,

eres tiempo sin edad,

eres, oh vieja ciudad,

todas mis cruces en una.

Yo soy suelo de serrín,

soy la Trinidad de luto,

de los Olivares fruto

y un cimiento de adoquín.

Tú eres toque de clarín,

tierra amarga y agorera

que da voz a mi ronquera

para llamar al motín.

Tú mi dueña, yo tu esclavo,

tú eres aire, yo pulmón,

tú silencio, yo oración,

tú mi cruz y yo tu clavo.

Tú mi iglesia, yo tu fiel,

tú el sagrario, yo el pecado,

tú el perdón, yo el perdonado,

tú mi sangre, yo tu piel.

Tú el rocío de mi aurora,

blanca flor de mi semilla,

canto romo de la hojilla

donde ayer siempre es ahora,

y yo escritura sencilla

de tu palabra deudora

que ante tus versos se humilla.

Tú eres mi amor posesivo,

el oro de mi alianza

y ese soplo de Esperanza

del que siempre soy Cautivo.

Eres la que manda en mí,

en mi conciencia la única

y en mi deber una túnica

con pálpito carmesí.

Yo soy tiro sin cañón

para una bola de cera

que duerme en mi cabecera

y me apunta al corazón.

Tú eres mi letal veneno,

la que me quita la vida,

y yo en mi cobarde huida

siempre soy tu nazareno.

Tú eres el cielo en mi altillo

y Dios mismo en San Lorenzo,

yo soy un humilde lienzo

y tú el pincel de Murillo.

Yo Sentencia, tú justicia,

yo el macero, tú la maza,

yo soy el papel de estraza

donde escribes tu noticia.

Soy en tu puerta indigente,

la oscuridad abriendo hueco,

y tú el abismo de un eco

que dice “venga de frente”.

Yo soy siempre tu rehén,

tú eres mi celda y mi edén

y mi boca misionera.

Eres mi adentro y mi afuera,

eres mi cómo y mi quién,

tierra final y primera

que enterrará con desdén

el alma de mi quimera,

mi origen, mi último tren,

lo que perdí, quien me espera,

reloj parado en mi andén,

donde nací y donde muera,

mi principio y mi huesera,

mis alas y mi sostén,

mi destierro y mi bandera,

mi amada y mi carcelera,

mi Calvario y mi Belén,

y ante Dios, cuando Dios quiera,

mis dos palabras postreras

serán Sevilla y amén.

Fragmento del Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2017

NHD. Alberto García Reyes


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