Conferencia del Padre D. Fernando García Gutiérrez, SJ.

31 enero 2016
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El Padre D. Fernando García Gutiérrez, S.J, jesuita licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Barcelona, ofreció la conferencia “La Virgen en la misión de Japón” el pasado jueves, festividad de Santo Tomás de Aquino en el Salón de la Casa Hermandad.

La ponencia organizada por la Juventud Macarena fue presentada por el Rvdo. Sr. D. Antonio José Mellet Márquez, Rector de la Basílica y Director Espiritual de la Hermandad, quien presentó al padre D. Fernando García como director de Misión de Japón en España y Delegado Diocesano del Patrimonio Cultural de Sevilla, experto de arte oriental en España y referente académico en la materia.

Seguidamente, el ponente, explicó brevemente algunos detalles de su dilatada experiencia y ofreció varios datos de su biografía, destacando “que su estudio proviene de haber vivido en Japón, lugar donde realizó estudios de especialización en arte y cultura de oriente”.

En la conferencia, utilizando un lenguaje sencillo, y apoyada con la proyección de fotografías, introdujo al numeroso público asistente ayudado en la lectura de unos apuntes privados que el Padre D. José María Díaz Moreno, S.J,  le refieren a él  en el libro -Memorias Culturales de Sevilla- “…La valiosa intuición andaluza al vestir a sus Dolorosas de Reinas. No hay expresión más exacta del sentido último del incomprensible dolor en el mundo…Y hasta creo ver una síntesis maravillosa de esa intuición en el rostro inigualable de la Esperanza Macarena. Acertó la vieja saeta:

De la sonrisa y la pena

Hizo Dios una semilla,

Y cayó en tierra tan buena,

Esa tierra de Sevilla,

Que nació la Macarena.….”

Expuso  el modelo de evangelización de San Francisco Javier en Oriente y particularmente en Japón y centró su conferencia en “el milagro de la Virgen del Descubrimiento”. Habló sobre el destierro del cristianismo, la expulsión de misioneros extranjeros y el martirio a los nativos que confesaban ser cristianos, los cuales cuando eran apresados, ante la duda de su catolicismo, lo sometían a la prueba del fumi-e: se les hacía pisar una placa con la imagen de Cristo o de la Virgen y, si no lo hacían, eran martirizados; si la pisaban, se consideraba que habían apostatado de su fe. Después de muchos años de persecución, cuando el Emperador Meiji abrió Japón a Occidente, La Virgen tuvo un papel muy importante en aquella apertura para la fe cristiana.

Los misioneros de las Misiones Extranjeras de París habían vuelto a Japón, y habían construido la Iglesia de Ooura en Nasasaki. Contó el Padre D. Fernando García, que un día estaba rezando un misionero en aquella iglesia y se extrañó al ver que entraban en ella un grupo de japoneses de aspecto campesino. Les saludó, y les preguntó de dónde venían. Ellos le dijeron que querían saber si él había sido enviado por el Papa de Roma. El misionero les aseguró que así era. A lo largo de la conversación, aquellos japoneses le preguntaron “¿puede presentarnos a su señora?”. El misionero les dijo que era sacerdote católico, y que ellos no se casaban.

Siguieron hablando, y finalmente preguntaron al misionero “¿Usted venera a la Virgen María?”. Enseguida los llevó al altar en que se encontraba una imagen de la Virgen con el Niño, que había llevado desde Francia. Entonces ellos se descubrieron ante el misionero y dijeron: “Nosotros somos iguales que usted, tenemos la misma fe que usted y venimos de los montes en donde hemos permanecido durante generaciones guardando la fe recibida de nuestros antepasados… Ellos, nuestros antepasados nos dejaron estas  señales para descubrir si los misioneros que vinieran eran católicos o no…” Desde entonces, esa imagen de Nuestra Señora, que se conserva en la Catedral de Oura, se llama La Virgen del Descubrimiento.

Seguidamente explicó “el milagro del joven mártir en la reja” y otros muchos detalles.

Recordó su última visita a la Basílica realizada el día uno de enero del presente y el encuentro con las Tres Imágenes de Nuestros Amantísimos Titulares en el Altar Mayor. Y también comparó el arte barroco con el arte minimalista japonés.

Para terminar, el Rector de la Basílica, agradeció al Padre D. Fernando García la variedad de temas tratados y la apertura de perspectivas expuestas de manera tan coloquial.

Finalizó el acto con la entrega de un cuadro de la Virgen de la Esperanza y una sonora ovación del público.

Fotografías: NHDª Sandra Arenas.

 

 


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