Carta del predicador del Solemne Quinario
“Yo estaré contigo”
Mis queridos hermanos, con gran alegría y como un hermano más me presento ante vosotros. Mi primer deseo es desearos un autentico camino cuaresmal vivido en esperanza y conversión. Ante el próximo quinario del Señor de la Sentencia, me dirijo a vosotros con palabras no muy doctas, pero si salidas del corazón, corazón macareno que siente como la mirada dulce del Señor inunda de gracia mi existencia y me lleva a mirar y contemplar este tiempo como una oportunidad para celebrar y vivir junto a vosotros mi fe y mi devoción a la Virgen Esperanza Macarena y al Señor de la Sentencia.
Si hay algo que nos asemeja más a Dios, en mi modesto parecer, es la fidelidad. Dios es el Fiel por excelencia, el que cumple sus promesas y convierte a Abraham en padre de los creyentes, el que da crédito a las promesas de Moisés y conduce al pueblo de Israel por el desierto hasta la tierra de promisión. Dios susurra e invita por los profetas a que el pueblo sea fiel, y está dispuesto a perdonar y empezar de nuevo “aunque nuestros pecados sean como la grana”, si encuentra un corazón bien dispuesto. La fidelidad a la Casa de David que toma cuerpo en la entrañas purísimas de la Virgen, esperanza nuestra, suscitando el “sol que nace de los alto”. Una fidelidad por todas las edades que es causa de nuestra salvación y debe ser siempre espejo y guía para nuestro ser, pensar y actuar. La fidelidad de una Iglesia que no dudó, ni duda, hasta de derramar su ultima gota de sangre por Cristo y su Evangelio.
Estamos en un mundo donde la infidelidad es moneda de cambio y bandera de falsa libertad. Solo tenemos que dar una vuelta por nuestros conocidos para oír, con dolorosa normalidad, historias de infidelidades que destrozan familias y emponzoñan una sociedad nunca tan “liberal” pero nunca tan esclava. La cuaresma es tiempo de libertad de espíritu, para poder vivir en fidelidad. Durante estos cuarenta días la Iglesia, como Madre que es, guiará a sus hijos para que éstos opten por el camino, que por medio del desierto, conduce a la liberación del pecado y de la muerte, los Sacros Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Una “sentencia” se nos da de nuevo este año… Sentencia de amor, de alegría y de esperanza… Sentencia de fidelidad para que seamos fieles en Aquel que nos ha salvado. Con mi bendición en Jesús de la Sentencia y nuestra Madre Esperanza Macarena
Vuestro hermano: P. Juanjosé M. Gutiérrez Galeote. SDB