Carta del Director Espiritual para Semana Santa
Queridos hermanos en la Esperanza:
Se acercan ya los días sagrados que constituyen la Semana Santa, durante la cual, después de una Cuaresma vivida con auténtica preparación del corazón y conversión de nuestras actitudes interiores, celebramos profunda e intensamente los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor, esto es, el Misterio Pascual de Jesucristo, verdadero centro y fundamento de nuestra fe; y todo ello de la mano de Nuestra Señora, testigo privilegiado de aquellos acontecimientos, pues no en vano, María estuvo siempre al pie de la Cruz (Evangelio de S. Juan 19, 25-27), acompañando a su Hijo en el trance del Calvario.
En nuestra Hermandad hemos vivido una Cuaresma ciertamente santa e intensa, con la celebración del Via-Crucis y del Quinario en honor a Ntro. P. J. de la Sentencia, así como del Septenario consagrado a Ntra. Sra. de la Esperanza, predicados respectivamente por D. Adrián Sanabria y por D. Marcelino Manzano, quienes nos animaron a encontrarnos con Jesucristo de la mano de la Stma. Virgen, a profundizar en nuestra fe y a llevarla desde la caridad a todos los rincones de nuestro mundo. De igual modo, hemos contado con la presencia de los obispos de nuestra Archidiócesis en sendas Funciones al Señor y a la Virgen, quienes nos motivaron a dar razón de nuestra fe y de nuestra esperanza en un mundo secularizado que da la espalda a Dios, cuando no persigue abiertamente a los cristianos por el simple hecho de serlo.
Pero también nos hemos preparado externamente para la Semana Santa, pues hemos tendido lazos de fraternidad entre los hermanos de nuestra Corporación, creando Hermandad; hemos sacado y hecho relucir los enseres para que acompañen a nuestros Sagrados Titulares; hemos afinado los instrumentos de la banda y hemos, en definitiva, potenciado cuanto nos acerca visiblemente a la realidad invisible de la Salvación.
Y ahora, por fin, nos queda de manera inminente, después de tan espléndidas vísperas, la Estación de penitencia de nuestra Hermandad a la Santa Iglesia Catedral. Se acerca, por tanto, la Madrugada, durante la cual un numeroso grupo de hermanos participará directamente de la Estación de penitencia acompañando a nuestros amantísimos Titulares, ya como nazareno, costalero, acólito, integrando la Centuria Macarena, o las bandas de música de nuestra Hermandad; o ya como devotos que custodien al Señor y a la Esperanza, bien camino de la carrera oficial, bien de vuelta a su Basílica.
Ante la Estación de penitencia, debemos preguntarnos cómo nos piden el Señor y la Virgen que les acompañemos. Indudablemente con fe. Más aún, con una fe que nos impulse al amor a Dios y a su Madre; y ese amor y devoción nos hacen comprender que no debemos perder nunca la compostura externa por las calles, ya sea que formemos parte de la procesión, ya sea que asistamos a ella esperando a nuestros Titulares. Se trata de una actitud externa de recogimiento y devoción que nace de nuestra actitud interna de oración y amor a Ntro. P. J. de la Sentencia y a Ntra. Sra. de la Esperanza Macarena y que nos lleva a desear que nuestros venerados Titulares luzcan con todo esplendor durante la Madrugada.
Asimismo, no descuidemos en nuestra vida espiritual la asistencia a los Oficios de Semana Santa, mediante los que se celebran la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor; especialmente recomendable en estos días de Semana Santa es la oración ante el Santísimo, la lectura y meditación de los textos evangélicos de la Pasión del Señor, el rezo del Via-Crucis y del Rosario, así como los ejercicios de caridad al prójimo, para poder llegar renovados a la Pascua de Resurrección del Señor.
Queridos hermanos, os deseo una Semana Santa plena en la que redescubramos el sentido profundo de la Muerte y Resurrección del Señor; y en la que, de la mano y bajo el manto de Ntra. Sra. de la Esperanza, alcancemos el amor de Nuestro Señor Jesucristo.
Antonio José Mellet Márquez, Pbro.
Director espiritual de la Hermandad