La Mantilla de la Macarena Autora: Milagros Cruz Villén

25 enero 2016
DisminuirAumentar


Del cielo cayó una rosa,

voló, y se paró en Sevilla,

el tallo se hizo mujer,

y las nubes al pasar,

rozando con la Giralda,

tejieron una mantilla

que la cogió una gitana

y la guardó en una arquilla.

 

 

Ella no sabia que hacer

con aquella prenda fina;

buscando va una mujer

porque no tiene comida

que darle a su churumbel

y con la mano tendida,

pasan, y no encuentra quién

le cure de aquella herida.

 

Caminando hacia su casa,

ve una criatura divina,

¿Quién será aquella mujer

con lágrimas y sonrisa?

Se para un rato a observarla,

no le pregunta, la mira

¿Por qué lloran esos ojos

que están mirando hacia arriba?

Mientras lágrimas caían

en su pechera divina;

y se olvido de la “jambre”

del churumbel de su vida.

 

Volvió corriendo a su casa

para sacar del arquilla

aquella prenda que hicieron

los ángeles en Sevilla.

 

La lleva en una canasta

hecha de mimbre muy fina,

y se la pone llorando

para que nunca en la vida

se enfriara el corazón

de otra madre que sufría.

 

Postrándose de rodillas,

la gitana, en una silla,

le dijo a la Macarena

con la gracia de Sevilla…

Tu no llores más “mujé”

mira que llora Sevilla,

y con ella los gitanos

de pura raza castiza,

que ya bastante tenemos

con que “mu” falte “comia”

que “dale” a los churumbeles,

guarda siempre esa sonrisa,

que cuando yo venga a “vete”

me contagies “deseguia”.

 

Por eso la Macarena,

llora y contiene la risa,

porque una gitana buena,

le colocó una mantilla,

que la tejieron las nubes…

a su paso por Sevilla.

 

Autora: Milagros Cruz Villén


Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies