Séptimo domingo de San José

El Papa Francisco ha dedicado este año al santo Patriarca San José. Hay una maravillosa tradición en la Iglesia cuyo origen se remonta al siglo XVI que consiste en dedicar los siete domingos anteriores a la fiesta de San José, a acudir con especial detenimiento al Esposo de la Santísima Virgen, para expresarle cariño y pedirle mercedes.
Séptimo dolor: Le estuvieron buscando entre los parientes y conocidos, y al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca (Lc 2, 44-45).
Séptimo gozo: Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas (Lc 2,46).
¡Glorioso San José, ejemplo de toda santidad! Tu dolor fue tremendo al perderse el Niño Jesús, buscándolo con gran dolor durante tres días; pero mayor fue tu gozo cuando lo hallaste en el templo en medio de los Doctores.
Por este dolor y gozo te suplicamos nos alcances la gracia de no perder jamás a Jesús por el pecado mortal; más si, desgraciadamente, lo perdiésemos, acudamos con rapidez al sacramento de la confesión para vivir siempre en su amistad.
Padrenuestro
Avemaría
V/. Ruega, por nosotros, San José.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos:
Dios todopoderoso, que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José; concédenos, te rogamos, los que, confiados en su poderosa intercesión, humildemente te pedimos. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.