La Hermandad expone la ‘Bula de Sarramián’ de 1830

Continúa la novedosa iniciativa de ir mostrando los documentos más valiosos del Archivo Histórico de la Hermandad de la Macarena y que arrancó el pasado 9 de junio. El documento elegido en esta ocasión es la Bula Pontificia que contiene la Carta de agregación a la Basílica de San Juan de Letrán de Roma sancionada el 9 de septiembre 1830 por el Santo Padre Pío VIII, conocida en la Hermandad como la Bula de Sarramián. El pergamino original puede verse desde este martes en la planta baja del Museo de la Macarena.
El documento, redactado en latín y confeccionado en un precioso pergamino escrito e iluminado en vitela, es la carta de respuesta enviada desde San Juan de Letrán a la petición del Hermano Mayor de la Macarena, Juan Nepomuceno Sarramián, para agregar la iglesia de San Gil y la capilla de la Hermandad a la Basílica de San Juan de Letrán en Roma. El documento, fechado en Letrán el 5 de septiembre de 1830, indica que la agregación de San Gil, con los privilegios, las indulgencias y las gracias espirituales aparejadas, tienen una validez de quince años, tras los cuales hay que renovarla.
Este documento refleja la nueva etapa que se abrió en la Hermandad a principios del siglo XIX tras la fusión con el Rosario en 1793; etapa en la que se procuró por todos los medios la promoción del culto y devoción a las imágenes titulares. A tal fin se buscó durante esos años la concesión por parte de las autoridades eclesiásticas de gracias espirituales y privilegios que sirvieran para dar prestigio a la institución y como estímulo para sus fieles y devotos.
La facultad otorgada a las basílicas romanas por los Romanos Pontífices para agregar a sí mismas otras asociaciones, y de comunicarles los privilegios, indulgencias y gracias espirituales a ellas concedidas, permitió a la Hermandad de la Macarena gozar de todos los derechos y prerrogativas con que contaba la basílica de San Juan de Letrán.
Ese mismo año de 1830 fueron también expedidos por la cancillería vaticana varios breves apostólicos por los que se concedían a la corporación, a sus cofrades y a los fieles en general diversas indulgencias y gracias por la asistencia a la capilla, a los cultos y a la procesión.
Todo ello evidencia la importancia de la Hermandad de la Macarena a lo largo de la historia y revela la enorme devoción que ya tenía la Virgen de la Esperanza en el primer tercio del siglo XIX.
Con este nuevo documento se da continuidad a esta novedosa iniciativa que pretende mostrar la enorme riqueza patrimonial del Archivo Histórico de la Hermandad y poner en valor el trabajo de los técnicos y hermanos colaboradores a través de la exposición periódica de algún documento, fotografía, cartel, dibujo, boceto, proyecto, etc… de especial relevancia para la comprensión del devenir histórico de la corporación.
Esta iniciativa muestra la apuesta de la Hermandad de la Macarena por la conservación y difusión del patrimonio documental, tan o más importante que el artístico, que le permite conocerse más profundamente y cumplir aún mejor los fines esenciales de la corporación.
Fotografías: Alejandro Cantón