Bendita Esperanza
Tu sonrisa me enamora,
tu pena me estremece,
tu mirada absorbe mi agonía
y tu Esperanza inunda mi alma.
Eres mi luz y mi calma,
todo cambia al verte, Madre,
todo lo que se pregona
es poco para ti y tu hermosura,
porque cuando Tú pasas,
hasta al cielo haces callar.
Tus lágrimas son el manantial
donde quitas mi sed,
todos caminamos hacia Ti
y solo Tú sabes lo que mi corazón grita
y todo el mundo sabe de ese silencio
que dejas al pasar.
Porque es imposible hablar cuando pasas,
imposible es no derramar una lágrima
e imposible es no quedarse para ver
cómo se pierde tu palio por cualquier esquina.
Quién fuera varal y cirio
para acompañarte en tus plegarias.
La fe mueve montañas
y Tú mueves el mundo, Esperanza.
Tú, sólo tú, Esperanza,
la que a los ciegos haces ver,
a los sordos oír
y a los mudos hablar.
No hay más verdad que Tú,
yo no sé qué tienes Reina y Madre,
yo no sé quién te hizo
ni quién te trajo hasta nosotros.
Lo único que sé es
que eres la magia celestial.
Y si algún día me pierdo,
por favor, guíame hasta ese bendito arco,
puerta del cielo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres, Macarena
y bendito es tu reino
en el que todos nos perdemos.
Autora: Cristina Claro