La Centuria de Hispania

15 mayo 2017
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En el Arco han puesto un letrero que dice «Todo por la Patria» porque los Armaos ya han jurado bandera

NO desfiló con su uniforme, que lleva enagüetas tintas de Regulares de Melilla, casco de combate con plumas de avestruz marcando el rango, coraza de escamas de la Legión y sandalias de Publio Cornelio Escipión para andar por las arenas de la Campaña de África. Pero la Centuria Macarena juró la bandera de España el sábado y ya es por decreto militar hispalense una compañía del Ejército de Hispania. Ya puede ir nuestra nación al combate blandiendo las espadas de los Armaos al mando de su capitán, Ignacio Guillermo, que besó la enseña de la Patria como quien besa a la Esperanza: con la tela apretada en el puño y el arma de guerra en los labios. Estaba la enseña del tercio Duque de Alba 2° de la Legión pintada de amores. El carmín de las mujeres sellaba la franja gualda con el color del techopalio de la Virgen. Rojo como la sangre de una batalla que, gracias a Dios, ya está ganada. Y detrás aguardaba la otra Legión, la romana de San Gil. La guardia pretoriana de la Esperanza de España. Pasó el capitán primero y detrás la tropa Sonaba la banda de guerra del Cuarto Tercio. Volaban las capas de las Fuerzas Regulares Indígenas al son de una brisa que se parecía mucho a aquella que le trajo los Suspiros de España a la Virgen en esa misma media plaza por la que las palomas bajaron el vuelo para verle la cara. Los fusiles del Regimiento de Córdoba dormían a la espera de una orden que mandara una salva de fuego al manto azul de la mañana. Tres pájaros cayeron del cielo para posarse a los pies de los legionarios de Roma, que iban de paisano, pero dictando Sentencia con sus andares hasta el palo de la bandera. «¡Besadla de verdad!», ordenó el capitán. Y se cumplió.

Los pellejos rufaban a 160 latidos por minuto, como si los estuviera crujiendo Hidalgo, para celebrar la histórica alianza. La Centuria Romana ya es por derecho un batallón de nuestras Fuerzas Armadas. Compañía del acuartelamiento de San Gil cuya bandera está compuesta por una escuadra de lanceros, una de guardianes, una de cornetas y otra de tambores. Y que tiene un himno que se canta en todos los actos victoriosos desde que la pluma de centurión de Joaquín Caro Romero lo escribiera: «De San Basilio a San Gil / cabe la Roma Imperial / y en tu camarín, el gozo / de la Corte Celestial. / La Virgen de la Esperanza / entre Rosario y Sentencia / bajó del Cielo a Sevilla / para hacerse Macarena». La historia ya es oficial. Las huestes del Melli y del Pelao, las que siguen llevando entre sus filas como cabo primero de los milagros de Sevilla al Caire, se han integrado en la Fuerza Terrestre nacional, haciendo aún más noble nuestra gloriosa historia militar! y a partir de ahora escoltarán al Señor de la Sentencia con las estrellas de nuestros ejércitos iluminando la Madrugada. Cuando vayan por el Arco fíjense bien y verán que arriba del todo hay un letrero que pone «Todo por la Patria». Porque allí, y no en la Capitanía—discúlpeme, mi general—, es donde está La Que Manda.

Publicado por ABC de Sevilla – el 15 de mayo de 2017

Autor NHD. Alberto García Reyes

Fotografías NHD. Ignacio Guillermo


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