Eusebio López, predicador del Triduo en honor de la Virgen del Santo Rosario
El Solemne Triduo en honor de Nuestra Señora del Santo Rosario será predicado por el Rvdo. Sr. D. Eusebio López Rubio, sacerdote adscrito a la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena.
Natural de Ciudad Rodrigo (Salamanca), localidad que abandonó con trece años para afincarse en Sevilla. En esta ciudad fue ordenado sacerdote el 12 de abril de 1969 por el cardenal Bueno Monreal, por lo que está celebrando este año sus bodas de oro sacerdotales.
Desde hace un año, desempeña la función de Director Espiritual de la Hermandad de la Sagrada Mortaja de Sevilla.
A continuación se reproduce la presentación que el propio sacerdote ha redactado con motivo de su elección como predicador del Triduo:
“Hola, macarenos todos. Un saludo muy cordial. Me llamo Eusebio, me podréis conocer porque todos los días estoy con nuestra Madre de la Esperanza en su Basílica. Sabéis que este año tengo el grandísimo privilegio de predicar el triduo a la Reina del Santísimo Rosario por obra y gracia de la Junta de Gobierno de nuestra querida Hermandad. Y yo, a María no le puedo negar nada. Una auténtica caricia de quien ha sido mi fortaleza a lo largo de mi vida pues sus detalles conmigo son y han sido constantes. Siempre ha estado a mi lado.
Soy mirobrigense, de Ciudad Rodrigo, una hermosa ciudad salmantina del suroeste de la provincia, cercana a Extremadura. Bella ciudad donde las haya. Farinata, Antigua, Noble y Leal. De ahí despegué con 13 añitos para afincarme en Sevilla, donde sigo hasta que Dios quiera.
Como bien sabéis, estoy celebrando mis bodas de oro sacerdotales. Me ordenó el cardenal Bueno Monreal aquí en Sevilla el 12 de Abril de 1969. ¡50 años al servicio de la Iglesia y de los hermanos! Loado seas, mi Señor. Os digo algo importante: en estos momentos de la vida sobran títulos, cargos, tareas realizadas… es pasado ya. Solo quiero definirme, si es que lo puedo hacer, como un sacerdote ya jubilado en la misión y trabajo anteriores al que fui elegido por el Señor y ahora en esta querida Archidiócesis de Sevilla en la que trabajo pastoralmente como sacerdote adscrito a esta Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena.
El mejor regalo recibido en estos años ha sido sentir y vivir la vocación de catequista en medio de mis hermanos ayudándoles siempre desde la sencillez y lo concreto de cada día en el crecimiento de su fe. Soy un enamorado de las Hermandades que, como expresión de religiosidad popular, tienen un valor que aún muchos no hemos descubierto del todo. Por eso también llevo un año siendo Director Espiritual de la también querida Hermandad de la Sagrada Mortaja.
Me siento muy feliz de poder celebrar mi fe cada día en la Eucaristía en nuestra Basílica y prestar los servicios que ELLA me pueda pedir. Su mirada maternal y la imagen del Señor de la Sentencia son el “empujoncito” diario en mi caminar por la vida.
Mándame, Madre. Contigo siempre, lejos nunca. Gracias por lo que me das y me enseñas para ser mejor cada día”.