La Exaltación de la Saeta hará un recorrido histórico por el género subrayando “el papel evangelizador” del saetero

20 febrero 2020
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La Exaltación de la Saeta de la Hermandad de la Macarena se celebrará el próximo jueves 27 de febrero en la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena como un acto del programa conmemorativo del 425 aniversario fundacional de la corporación de San Gil.

Este acto, de entrada libre, se enmarca en el área de Cultos de ese programa conmemorativo ya que la intención de la Hermandad es reivindicar la saeta como una oración cantada, que pertenece al acervo devocional del pueblo y que se debe poner en valor como una música culta y, a la vez popular.

Asimismo este acontecimiento vendrá a poner de relieve la estrecha relación entre este palo del cante flamenco y la historia de la Hermandad de la Macarena, fundamental para conocer la evolución de la saeta no solo en Sevilla sino en Andalucía al menos en el último siglo y medio.

El Hermano Mayor de la Hermandad de la Macarena, José Antonio Fernández Cabrero, ha remarcado “el carácter culto y popular de la saeta”, que ·es una oración cantada de profunda espiritualidad”. “La Exaltación de la Saeta pretende incrementar la espiritualidad de la Hermandad en este año tan importante, en el que celebramos el aniversario fundacional”, ha concluido.

Los cantaores que participarán en la Exaltación serán Esperanza Fernández, Kiki de Castilblanco, Anabel Valencia y Rubito hijo. El exaltador de la saeta será el crítico flamenco Manuel Martín Martín.

Este último ha calificado el cartel de  la Exaltación como “un póker de ases de saeteros”, insistiendo en el objetivo de “rescatar el espíritu de principios de los años 80 cuando se comenzó a recuperar la saeta para lo jondo”.

Martín ha abundado en la espiritualidad de esta Exaltación al afirmar que “el saetero es un hombre o mujer de fe, que evangeliza a través del cante. Son portavoces de un pueblo que hace suya la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Esta Exaltación viene a subrayar el papel evangelizador del saetero”.

La trascendencia de esta cita reside en que, como explica Martín, “realizaremos una antología sonora de la saeta desde finales del siglo XVI hasta nuestros días. Haremos un recorrido histórico desde las saetas llanas, que se cantaban en los pueblos, hasta que, a primeros del siglo XX, la coge el cantaor y la convierte en un palo flamenco más”.

Por su parte, Rubito Hijo ha calificado de “acto extraordinario, que se quedará en la memoria de todos nosotros”.

Anabel Valencia también ha insistido en que “será un día inolvidable para mí, que me hace mucha ilusión y que estoy segura quedará para siempre en mi corazón”.

Esperanza Fernández se ha mostrado “feliz y nerviosa” porque “supone una gran responsabilidad”. “Vendré con el corazón y mi verdad a esta Basílica para decir muchas cosas a la Virgen; será una gran ocasión para mí, es la primera exaltación de saetas en la que participo”.

El cartel anunciador es otro de los detalles a destacar de esta Exaltación de la Saeta: es una fotografía orlada de la Virgen de la Esperanza, con cartuchos con letras de saetas de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero de 1931. Dicha fotografía se encuentra depositada en el Archivo Histórico de la Hermandad de la Macarena, que ha querido recuperarla para anunciar este acto.

Currículums de los participantes

ESPERANZA FERNÁNDEZ. Hija de Curro Fernández y Pepa Vargas, es la madurez de un frondoso árbol que ahonda sus raíces en Triana y Lebrija. Se inició como bailaora de la mano de Pepe Ríos y Manolo Marín, y debutó a los trece años, coincidiendo con la aparición del grupo la Familia Fernández en el Teatro Lope de Vega, colectivo del que se despegó en 1985. Son ya, pues, 35 años que los melómanos de todo el mundo vienen disfrutando de los tres atributos divinos de lo jondo -amor, poder y saber- merced a una maestra del cante que hoy se distingue por la hondura, el dulce amargor expresivo y el talento para conceder a los estilos esa atmósfera cautivante que sólo las grandes cantaoras gitanas pudieron crear.

KIKI DE CASTILBLANCO. Es el cantaor más premiado en el género de las saetas, en la que cumple 34 años, por más que debutara en su localidad natal de Castilblanco de los Arroyos allá por 1968, con motivo de un festival homenaje a una banda de música. Es un cantaor que destaca por su entrega absoluta, por la generosidad de su expresión y por la variedad tipológica de su repertorio, de ahí que en 2018 fuese nombrado Hijo Predilecto de Castilblanco de los Arroyos. Reclamado como saetero por las Hermandades de todo el territorio andaluz, cuenta con dos discos de flamenco, ‘Gerjal’ (1994) y ‘Pilar viejo’ (2003).

ANABEL VALENCIA. Irrumpió en el cante a la edad de 13 años en su Lebrija natal, en el grupo ‘Esencia Gitana’ (1997), y hoy es un monumento agradecido a los verdaderos cauces que llevan al cante grande, una auténtica cantaora de raza, elegancia y flamencura. La crítica ha dicho de ella que no hay nadie de su generación quien cante con la impronta, vocalización, hondura, personalidad, afinación, gusto y gitanería que la lebrijana. Llega a este acto después de triunfar en Utrera, Lebrija, la Bienal de Flamenco Ciudad de Sevilla (2014 y 2018), los Jueves Flamencos de Cajasol (2019) y Jerez de la Frontera (2020).

RUBITO HIJO. Natural de la Puebla de Cazalla es Rubito Hijo, cantaor que despuntó el año 1996 por saetas. Hijo de Rubito de Pará, durante 1999 se dio a conocer por las peñas flamencas de Andalucía y alcanzó el primer premio juvenil en el Concurso de la Federación Provincial de Peñas Flamencas de Sevilla, aunque sería 2000 el año de su confirmación en el Concurso de Cante Jondo de Mairena del Alcor, justificando así su presencia en la XI Bienal de Flamenco. En 2003, se aupó con la Lámpara Minera, de La Unión, y con el premio Antonio Mairena, en Mairena del Alcor. El próximo 8 de marzo presentará su sexta obra discográfica, ‘Fuente de verdad’.

MANUEL MARTÍN MARTÍN. Está considerado como uno de los críticos de flamenco más prestigiosos a nivel mundial, ejercicio profesional que desempeña en el periódico El Mundo. Es autor de numerosa obras y trabajos de ensayo, y cuenta, entre otros, con la Mención Especial del Premio de Periodismo ‘Ricardo Molina’, de Córdoba (1986), I Premio Nacional de Periodismo ‘Antonio Mairena’ (1987), Premio Nacional de Periodismo ‘Ciudad de La Unión’ (1987), Premio Nacional de Flamencología en su modalidad de ‘Crítica Periodística’ en su primera edición (1999), ganador del I Concurso Periodístico de Investigación y Crítica ‘Málaga en Flamenco’ (2006), Premio Nacional Espíritu Guerrero (2019) y Premio Musa Flamenca (2020) en el apartado de crítica flamenca en su primera edición.

 

 

Fotografías: Cristina Paradas.


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